Rusia y Ucrania intercambiaron el lunes acusaciones de que la otra parte ataca la planta nucleoeléctrica más grande de Europa, ubicada en el sur de Ucrania. Moscú aseguró que la artillería ucraniana provocó una sobrecarga eléctrica y un incendio que obligaron al personal a reducir la producción en dos reactores.
Por su parte, Kiev culpó a las tropas rusas de almacenar armas en el lugar.
Expertos nucleares han advertido del peligro de más ataques contra la estación nuclear de Zaporiyia, la cual capturó Rusia en las primeras semanas del conflicto.
El Kremlin reiteró esas advertencias el lunes, asegurando que Kiev atacaba la planta y pidió a las potencias occidentales que le pusieran un alto.
“Los ataques de artillería contra las instalaciones de la planta nuclear por parte de las fuerzas armadas ucranianas son sumamente peligrosos”, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, a los reporteros. “Podría haber consecuencias catastróficas para grandes territorios, para toda Europa”.
El portavoz de inteligencia militar de Ucrania, Andriy Yusov, respondió que las fuerzas rusas han plantado explosivos en la instalación para disuadir una contraofensiva ucraniana en la región. Previamente, funcionarios ucranianos han dicho que Rusia está lanzando ataques desde la planta, usando a los trabajadores ucranianos del lugar como escudos humanos.
Yusov pidió a Rusia que “tenga un gesto de buena voluntad y ceda el control de la planta a una comisión internacional y al Organismo Internacional de Energía Atómica, si no a las fuerzas ucranianas”.
De igual forma, el ombudsman de Ucrania Dmytro Lubinets instó a las Naciones Unidas, al OIEA y a la comunidad internacional a enviar una delegación para “desmilitarizar por completo el territorio” y brindar garantías de seguridad a los empleados de la planta y a la ciudad en la que se ubica, Enerhodar.
Acusó a Rusia de “terrorismo nuclear”.
El director general del OIEA, Rafael Grossi, dijo la semana pasada a The Associated Press que la situación en torno a la planta de Zaporiyia “está completamente fuera de control” e hizo un llamado urgente a Rusia y Ucrania para que permitan la visita de expertos al complejo para estabilizar la situación y evitar un accidente nuclear.
El secretario general de Naciones Unidas António Guterres expresó el lunes su respaldo a la idea, y señaló que “cualquier ataque a una planta nuclear es algo suicida”.
Un experto en materiales nucleares en el Imperial College de Londres dijo que el reactor de Zaporiyia es moderno y se ubica dentro de un edificio fuertemente reforzado con acero y concreto, el cual está diseñado para brindar protección contra desastres.
“Como tal, no creo que exista una alta probabilidad de fractura en el edificio de contención, incluso si fuera impactado accidentalmente por un proyectil explosivo, y es mucho menos probable que el reactor resulte dañado”, comentó Mark Wenman, de Nuclear Energy Futures.
Añadió que los tanques de combustible gastado del complejo, donde supuestamente impactaron los proyectiles, son sólidos y probablemente no contienen mucho combustible gastado.
“Aunque pudiera parecer preocupante, y cualquier combate en una instalación nuclear sería ilegal de acuerdo con las leyes internacionales, la posibilidad de una emisión nuclear grave sigue siendo baja”, afirmó.
El portavoz del ministerio de Defensa de Rusia, el teniente general Igor Konashenkov, dijo que el ataque del domingo provocó una sobrecarga eléctrica y humo, lo que dio pie a un apagado de emergencia. Cuadrillas de bomberos extinguieron las llamas y el personal del lugar redujo la producción de los reactores 5 y 6 a 500 megawatts, afirmó.