ISRAEL.- Dos comandantes israelíes y siete soldados murieron en una emboscada de Hamas en el norte de Gaza, donde se han dado intensas batallas en días recientes.
Mientras crece la presión internacional por un inmediato alto humanitario del fuego, Israel, con un intenso bombardeo aéreo del territorio sitiado y continuas operaciones por tierra, ha jurado continuar hasta erradicar a Hamas. Los militares reportaron que 10 soldados han muerto en total en las 24 horas pasadas, el peor día en este aspecto desde octubre.
Entre los muertos en la emboscada están el coronel Itzhak Ben Basat, de 44 años, el oficial de mayor rango que haya perecido hasta ahora en la operación por tierra, y el teniente coronel Tomer Grinberg, comandante de batallón.
El bombardeo israelí de Gaza comenzó en respuesta a un ataque de Hamas en el sur de Israel, el 7 de octubre, en el que mataron a mil 200 personas y llevaron otras 240 a Gaza como rehenes. El ministerio de Salud de Gaza, gobernada por Hamas, afirma que 18 mil 600 palestinos han muerto.
La emboscada ocurrió el martes en Shijaiyah, suburbio de la ciudad de Gaza, cuando tropas que registraban un grupo de edificios perdieron comunicación con cuatro soldados que habían quedado bajo fuego, informaron los militares. Cuando los otros efectivos lanzaron una operación de rescate, fueron emboscados con fuego intenso y explosivos. El hecho ocurrió después de repetidas afirmaciones de los israelíes de que habían destruido la estructura de mando de Hamas en el norte de Gaza y rodeaban los restantes núcleos de combatientes.
Israel avanzó hacia el sur de Gaza hace casi dos semanas, y los combates han continuado con intensidad en su primer objetivo, la ciudad de Jan Yunis. Los ataques nocturnos impactaron dos edificios residenciales en la ciudad y los alrededores.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ayer en un discurso ante comandantes militares, prometió seguir con la ofensiva hasta el final.
Netanyahu manifestó que el martes fue un día muy difícil, pero que la guerra continuará. Persistiremos hasta el fin, no hay discusión. Lo digo incluso tomando en cuenta el gran dolor y la presión internacional. Nada nos detendrá, continuaremos hasta el fin, hasta la victoria, nada menos, advirtió.
El martes, el presidente estadunidense, Joe Biden, criticó lo que describió como bombardeo indiscriminado israelí, y la Asamblea General de la ONU votó abrumadoramente por demandar un cese del fuego. El voto no es vinculatorio.
El combate, el bombardeo y el bloqueo asociado han dejado el sistema de salud del territorio y las operaciones de ayuda humanitaria cerca del colapso en grandes zonas, y los trabajadores de ayuda han advertido que hay hambre y propagación de enfermedades contagiosas entre los pobladores desplazados.
Todos sabemos que el sistema de atención a la salud está colapsado o a punto de estarlo, expresó Lynn Hastings, coordinadora humanitaria de la ONU en el territorio palestino ocupado.
Hastings refirió que la gente en Gaza tiene que formarse durante horas nada más para entrar a un baño. Ya pueden imaginarse cuáles son las condiciones sanitarias.
Señaló que casi la mitad de la población de Gaza, de 2.3 millones, está ahora en Rafá, en el extremo sur del enclave, para escapar de las bombas israelíes.
Tenemos una fórmula de libro de texto para una epidemia y un desastre de salud pública, añadió.