ESTADOS UNIDOS.- En estas fechas navideñas el cine juega un papel sumamente importante, pues muchas familias suelen reunirse a disfrutar de un sinfín de historias relacionadas con estas tradicionales fiestas que recuerdan épocas pasadas y evocan lindos recuerdos.
Una de estas películas es “El Grinch”, una adaptación del libro infantil escrito por el Dr. Seuss en versos con rima e ilustraciones del mismo autor, y publicado por Random House en 1957 y que ya es un clásico de Navidad.
Esta historia tiene varias versiones, pero en el 2000 se llevó a la pantalla grande con Jim Carrey como protagonista haciendo un papel fenomenal en la piel del amargado personaje, sin embargo, recientemente salió a la luz que uno de los maquillistas que trabajó en la película la pasó realmente mal, tanto, que necesitó terapia tras concluir el filme.
El maquillista Kazuhiro Tsuji, conocido por sus trabajos en películas como “Hombres de Negro” y “Las horas más oscuras”, reveló recientemente en una entrevista con Vulture que filmar junto a Jim Carrey en ‘El Grinch’ fue una completa pesadilla que lo llevó a buscar ayuda profesional.
“Cuando estábamos en el set, (Carrey) era realmente cruel con todo el mundo. (…) Después de dos semanas solamente habíamos acabados tres días del plan de rodaje, porque de repente él desaparecía y cuando volvía todo estaba destrozado. No podíamos rodar nada”, cuenta el profesional japonés, que aquel entonces solamente empezaba a abrirse camino en Hollywood.
Tsuji, reveló que Carrey era muy exigente en la sala de maquillaje, y su producción fue especialmente demandante para el actor debido a las horas de aplicación de prótesis faciales y maquillaje a las que tenía que someterse para encarnar al personaje.
En una gran cantidad de planos aparecía de cuerpo completo, obligando al actor a transformarse del todo y trabajar completamente cubierto de pelaje verde. Sin embargo, eran las lentillas que debía llevar lo que resultó más problemático, pues era fácil que la nieve falsa que caía sobre el set se le quedara pegada a los ojos.
La presión que sintió el maquillador fue tan grande que pactó con su jefe Rick Baker y uno de los productores de la película tomarse unos días de descanso para que Carrey se diera cuenta de la importancia de su aportación para la construcción del personaje. La idea funcionó y el propio actor llamó por teléfono a Tsuji para pedirle que volviera al set.
El maquillador negoció además con la producción ayuda para conseguir una green card, lo cual terminó por suavizar el temperamento de Carrey durante el resto del rodaje, pero eso no impidió que Tsuji fuera a terapia justo cuando acabó la producción de El Grinch para sobreponerse de la experiencia.