Imagine que su hija acepta un empleo donde gana $74 pesos diarios para mantener a su familia y una noche es encerrada dentro del local porque tiene que hacer el inventario junto a otras 5 mujeres.
Ya casi dan las 10:00 pm. y, por supuesto, son horas extras que no le van a pagar como tales porque “hay que ponerse la camiseta”.
Imagine que se origina un incendio y ni su hija ni ninguna de las otras mujeres pueden salir porque el lugar está cerrado con candados externos y la persona que tiene las llaves no está ahí.
Imagine que su hija y las otras mujeres llaman a Emergencias buscando ayuda y pasan las horas sin que nadie las socorra.
Imagine que su hija sabe que va a morir en minutos y llama para despedirse de usted con un llanto sofocado… otra de las mujeres manda mensaje para pedir que cuiden de sus hijos… otra solicita prestado un celular para hacer lo mismo porque ya no tiene saldo.
Eso le pasó a seis mujeres en un Coppel de Culiacán, propiedad del empresario Enrique Coppel Tamayo, en noviembre de 2010.
Sus cuerpos fueron encontrados en el baño, abrazados.
A casi 12 años de #LasMuertasDeCoppel, ellas fueron las victimas:
- Verónica Picos Bastidas, de 22 años. (Hoy tendría 34)
- Ariana López Soto, de 24.(Hoy tendría 36)
- Perla Zapata, de 25.(Hoy tendría 37)
- Claudia Janeth Bernal Delgado, de 25.(Hoy tendría 37)
- Rosa Imelda Félix, de 26.(Hoy tendría 38)
- Carmen Selene Moreno, de 26.(Hoy tendría 38)