Hombres armados mataron al menos a 26 personas e hirieron a una decena más en la disputada región himalaya de Jammu y Cachemira este martes, un ataque inusual contra turistas en una zona asolada por décadas de insurgencia y oposición al Gobierno de la India.
La devastadora masacre tuvo como objetivo a turistas en un popular destino turístico de Pahalgam, en el montañoso distrito de Anantnag, y constituye el peor ataque contra civiles en la región en años. Se cree que la mayoría de las 26 personas asesinadas eran viajeros.
Entre las víctimas se encontraba un ciudadano nepalí y otra persona de origen indio que trabajaba en Medio Oriente, según declaró a CNN V. K. Birdi, inspector general de Policía de Cachemira.
Añadió que el ataque tuvo lugar en una parte del valle de Baisaran, accesible solo a pie o a caballo. El ataque se desarrolló en una pradera, con crestas montañosas cercanas, que se extendía varios kilómetros sin carreteras, explicó. Los sobrevivientes describieron el horror que se vivió durante el ataque y la escena sangrienta que los hombres armados crearon.
Un testigo declaró a la agencia de noticias Press Trust of India (PTI, por sus siglas en inglés) que hombres armados no identificados abrieron fuego contra los turistas a corta distancia.
“Mi esposo recibió un disparo en la cabeza y otras siete personas también resultaron heridas en el ataque”, declaró una sobreviviente, según PTI.
Otra sobreviviente, Asavari Jagdale, declaró a PTI que los hombres armados entraron en la tienda donde se escondía su familia. Los atacantes acusaron a la familia –procedente de la ciudad de Pune, al oeste de la India– de apoyar al primer ministro Narendra Modi, antes de disparar a los familiares varones de Jagdale, incluido su padre, según ella.
El residente local Abdul Waheed declaró que se subió a su poni para ayudar a transportar a los heridos a zonas donde pudieran ser trasladados al hospital y que reclutó a otros miembros de su asociación local de ponis para que ayudaran. Para los que estaban demasiado heridos, utilizaron catres improvisados para llevarlos valle abajo.
“Vi gente llorando, gritando, simplemente tendida tras el ataque. Había niños, mujeres, hombres, de todo el mundo”, dijo. “Fue un trauma enorme. No dormí en toda la noche”.
Alto al terrorismo
Un grupo militante poco conocido, el Frente de Resistencia, se atribuyó la responsabilidad del ataque en redes sociales, expresando su descontento con los “forasteros” que se habían asentado en la región y habían causado un “cambio demográfico”.