En México, las personas que no pueden consumir gluten por motivos de salud enfrentan importantes desafíos económicos, ya que los alimentos sin gluten, suelen tener un precio más elevado y una disponibilidad limitada en comparación con sus versiones tradicionales.
Esta situación dificulta mantener una alimentación segura para quienes deben evitar esta proteína por razones médicas y aunque el gobierno ha implementado medidas para reducir el costo de la canasta básica, estas no incluyen productos libres de gluten. La mayoría de los apoyos se concentra en alimentos comunes como leche, arroz y huevo.
Como consecuencia, quienes requieren productos especiales quedan en desventaja, ya que deben comprarlos sin el respaldo de subsidios o políticas de control de precios. Esto incrementa su gasto y limita sus opciones de compra.
Ante este panorama, resulta esencial impulsar estrategias que faciliten el acceso a alimentos sin gluten a precios justos. Además, es necesario promover campañas informativas que ayuden a entender mejor esta condición en la sociedad mexicana y fomenten la empatía hacia quienes la viven.