ESTADOS UNIDOS.– El pasado miércoles Britney Spears acudió a cenar a un restaurante de Las Vegas en compañía de su marido y dos personas más, cuando se produjo un altercado.
Según su propio relato, Britney se encontró con el jugador de la NBA Victor Wembanyama y, como ella es fan, se acercó para saludarlo. Cuál fue su sorpresa cuando un guardaespaldas de Victor la detuvo y le dio un bofetón que hizo caer sus gafas al suelo, y casi la derriba a ella misma.
Pese a que según la versión de Victor, ella recibió posteriormente una disculpa en su mesa, Britney llamó a la policía y ha decidido denunciar públicamente la agresión. Dice que ella es asediada por gente constantemente, esa misma noche por “al menos 20 fans” y que su «equipo de seguridad nunca ha pegado a nadie». “Me da vergüenza compartir esta historia, pero creo que es importante hacer ver a la opinión pública que hay que tratar a la gente con respeto. Hay demasiada violencia en este mundo”.
Añade: “No creo que sea una cosa de risa. Ver al jugador sonreír y reírse de esto fue cruel y desmoralizador. Mido 1,60 y él 2,20”.
También la ha defendido su marido: «No me puedo creer que una fan desarmada expresando cualquier tipo de emoción o aprecio por una celebridad pueda llegar a ser atacada físicamente, y mucho menos ser pegada en la cara por haber tocado un hombro. Se necesitan cambios desde arriba, los espero. La culpa debe recaer en el cobarde que hizo esto, en la gente que lo contrató sin una investigación adecuada y en una cultura sistemática de desprecio por las mujeres del mundo del deporte y el entretenimiento».
Por su parte, el jugador de baloncesto Victor Wembanyama ha declarado que no vio lo que pasó, pero ha negado que Britney le tocara el hombro. Asegura que le agarró: «No vi lo que pasó porque iba caminando hacia delante y me dijeron: ‘No pares’. Pero esa persona me agarró por detrás, no me tocó el hombro, me agarró por detrás, y la seguridad la alejó. No sé con cuánta fuerza, la verdad”.