“Mamá, estoy perdida” fue el mensaje que Patricia recibió de su hija, una menor de 13 años, quien se suponía tenía que ser custodiada por integrantes del equipo de la aerolínea Aeromar; sin embargo, la usuaria señala que no fue así y la menor se extravió.
Los hechos, cuenta Patricia en entrevista con Aristegui Noticias, ocurrieron el pasado 2 de agosto en la Terminal 2 de Aeropuerto de la Ciudad de México, de donde saldría el vuelo de su hija con destino a Zihuatanejo en donde ella la esperaba.
“Su papá la lleva a mostrador, hace el pago de custodia, un servicio que hemos usado muchas veces. Nunca nos había pasado”, cuenta Calderón, quien explica que el servicio de custodia de menores consiste en acompañarlos durante su viaje: estar con ellos en la sala de espera, ver que aborden el vuelo correcto y verificar que al llegar a su destino sea entregado a la persona previamente registrada en los documentos.
Sin embargo, en el caso de su hija no ocurrió nada de esto, pues la niña fue abandonada por el equipo de la aerolínea en la sala de espera. De acuerdo con el testimonio de la menor, al verse sola y escuchar el anuncio de salida de un vuelo a Zihuatanejo se levantó y buscó abordar el avión; sin embargo, fue transportada a la Terminal 1 por otros empleados de Aeromar.
Fue ya en la Terminal 1 del AICM que la menor se comunicó por mensaje con su mamá para avisarle que estaba perdida y, contrario a lo que dicta el protocolo de la custodia, la menor no portaba a la vista sus datos ni su pase de abordar, pues éste se lo habían quedado las personas que en un principio tenían que custodiarla.
“Mi hija es muy tímida y estaba obviamente horrorizada”, narra Patricia, quien por videollamada solicitó el apoyo de una oficial del AICM, quien aseguró no poder ayuda a la menor debido a que esta tarea no forma parte de sus funciones de vigilancia.
“La oficial me dice que no, que ella no me podía ayudar, se vuelve a ir y la vuelven a dejar sola”, acusa la mujer, quien apunta a la falta de protocolos tanto de la aerolínea como del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México mismo, pues asevera que no cuentan como una guía de actuación para brindar ayuda y protección a los menores extraviados.
La niña permaneció perdida por más de una hora. “Fue de terror. Cualquiera puede llegar y llevarse a la niña y sacarla del aeropuerto”, sentencia Patricia, quien asevera que tras el descuido solo recibió “una disculpita” de la aerolínea.
Al ser cuestionada sobre si emprenderá acciones legales, Calderón señala que solicitó asesoría legal; sin embargo, su hija sí viajó en un vuelo sin costo al día siguiente del incidente por lo que, afirma, no hay delito que perseguir y el caso no pasó de una mala experiencia.
