ESTADOS UNIDOS.- Los mares y océanos han cambiado de color en las últimas dos décadas. El fenómeno anticipa alteraciones en los ecosistemas marinos relacionados con la abundancia de fitoplancton. Esta es la conclusión de un nuevo estudio dirigido por B. B. Cael, científico principal del Centro Nacional de Oceanografía de Reino Unido.
El equipo de investigadores examinó los datos de color del océano entregados por el Espectrorradiómetro de Imágenes de Resolución Moderada (MODIS, por sus sigas en inglés) del satélite Aqua, gestionado por la NASA. El análisis se centró en las regiones tropicales y subtropicales. Excluyó las latitudes más altas y las aguas costeras.
México, Florida, Colombia, Cuba, El Salvador, Costa Rica, Belice y Panamá, la comunidad científica evidencia corales blanqueados durante las semanas en que los mares han reportado aumentos inéditos en su temperatura.
Las observaciones alertaron que la tonalidad en las aguas marinas está pasando de azul a verde. La variación confirma una tendencia esperada bajo el cambio climático, según los científicos. El fenómeno fue pronosticado en el pasado por diversos modelos climáticos que utilizaron como punto de referencia la presencia de clorofila para medir la abundancia y productividad del fitoplancton.
Las primeras aproximaciones emplearon una gama reducida de colores en el espectro de luz visible para sustentar sus hallazgos. Bajo dichas condiciones, se estimaba que eran necesarios datos satelitales recopilados entre 30 y 40 años para detectar con precisión la abundancia de clorofila en el mar. No obstante, la variabilidad natural del pigmento es alta en relación con el avance del cambio climático.
El nuevo método consideró toda la luz visible para determinar la tendencia en 20 años y obtener información más precisa sobre los ecosistemas submarinos en su conjunto. La conclusión apunta a que en las últimas dos décadas el 56% de la superficie marina del planeta ha adoptado tonalidades verdosas.
Las comunidades de fitoplancton, organismos microscópicos fotosintetizadores, abundan en las aguas cercanas a la superficie. Son fundamentales para la red alimentaria acuática y el ciclo del carbono. La variación en el color de las aguas marinas refleja un cambio en los ecosistemas. Según el estudio, el azul intenso supone menos vida, mientras que los tonos verdes indican mayor actividad de dichos organismo marinos.
Los descubrimientos fueron plasmados en un mapa. El gráfico muestra con tonos oscuros las zonas en donde la modificación de la coloración marina fue más significativa entre 2002 y 2020. Según la investigación “estos son lugares donde podemos detectar un cambio en el ecosistema oceánico”. Los puntos negros en el plano indican el área donde los niveles de clorofila cambiaron durante el período de estudio con menor incidencia. Estos territorios cubren el 12 por ciento de la superficie del océano.
Los científicos afirman que es temprano para determinar con exactitud qué modificaciones ecológicas son responsables del cambio de color en el mar, pero anticipan que las alteraciones pueden ser resultado de diferentes conjuntos de plancton, más partículas detríticas u otros organismos como el zooplancton. Sus hallazgos determinan que es poco probable que la variación provenga de plásticos y demás contaminantes sólidos.
“Lo que sí sabemos es que en los últimos 20 años, el océano se ha estratificado más. Las aguas superficiales han absorbido el exceso de calor debido al calentamiento del clima y, como resultado, son menos propensas a mezclarse con capas más profundas y ricas en nutrientes. Las áreas de cambio de color del océano coinciden con las zonas en donde el mar está adquiriendo más estratos, pero no existe tal superposición con los cambios de temperatura de la superficie del mar”, explicó Cael.