Desde marzo, cuando se anunció la reforma al ISSSTE, más de un millón de docentes en todo México desataron un paro magisterial que afecta a más de 24 millones de estudiantes.
En Chetumal, Quintana Roo, el conflicto ha adquirido dimensiones críticas. Los docentes paristas, en rechazo a las reformas, organizaron bloqueos que han detenido las clases en escuelas públicas, cuando otro grupo de maestros intentaba regresar a impartir clases.
La tensión es evidente en los puntos clave de la ciudad. Bloqueos como el de la carretera federal 307, la avenida Insurgentes, y la Explanada de la Bandera han interrumpido tanto el tránsito como la posibilidad de que los profesores que desean dar clases lleguen a sus centros educativos. En algunos casos, se han instalado filtros para impedir el paso a los docentes no adheridos al paro.
El impacto es profundo: padres de familia y estudiantes manifiestan su frustración al ver su educación interrumpida. La Secretaría de Educación de Quintana Roo (SEQ) ha intentado mediar en el conflicto, llamando al regreso a clases y advirtiendo sobre auditorías que podrían resultar en descuentos salariales para los maestros que no se presenten. Sin embargo, el comité de lucha, representado por Xavier Méndez, ha denunciado esto como un intento de intimidación.
A más de un mes del inicio del paro, las divisiones dentro del magisterio y la persistencia de los bloqueos reflejan un problema que va más allá de Chetumal, afectando profundamente la educación pública y dejando incertidumbre sobre el futuro académico de miles de estudiantes.
