El ruido es un factor que está presente prácticamente a todas horas, todos los días, pero que, a veces, no le damos la importancia que se merece. Afecta perjudicialmente a nuestra salud, como, por ejemplo, en la calidad del sueño, y éste posteriormente deriva en enfermedades.
Carlos Egea, presidente de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño, explica que el sueño es el “eje más frágil de nuestra vida”, y ha subrayado la importancia de tener un sueño de calidad: “No dormir bien, puede traernos problemas cardiovasculares, envejecimiento prematuro, accidentes de tráfico y mal humor entre muchas otras cosas”.
Óscar Monje, abogado especialista en ruidos, nos cuenta que la ciudadanía dispone de las herramientas necesarias para la actuación ante ruidos excesivos; por un lado, la vía administrativa, y por otro, la vía civil.
Ante la actitud pasiva que adopta gran parte de la ciudadanía por evitar meterse en procedimientos judiciales, ha recalcado que dependiendo del municipio y la gravedad de la situación el procedimiento puede tardar más o menos, pero en todo caso, afirma que merece la pena hacerlo puesto que es un beneficio a largo plazo.
Al hilo del ruido excesivo que provocan las fiestas de los pueblos, el Ayuntamiento de Bilbao anunció que durante la Aste Nagusia de este año habrá barracas con franjas horarias sin ruido con el objetivo de que las personas con autismo puedan disfrutar sin ningún impedimento de las fiestas.
José Ignacio Prado tiene un hijo que padece autismo y ha aplaudido la medida porque “indudablemente, ayuda a que no sufran la ansiedad que les genera ciertos sonidos”. Asimismo, considera que es un buen comienzo, pero que se podrían adoptar más medidas.
Más pueblos de Euskadi se han sumado a las iniciativas sin ruido. Por ejemplo, en las fiestas de Amorebieta no tuvieron espectáculo de fuegos artificiales, tuvieron espectáculo de drones.