FRANCIA.- El joven Nahel fue enterrado ayer en la periferia de París, tras otra noche de protestas y saqueos que conmocionaron a Francia y obligaron al presidente Emmanuel Macron a suspender una visita de Estado a Alemania.
Las exequias de Nahel se celebraron en Nanterre, el municipio al noroeste de París donde residía, sin presencia de medios por petición de la familia.
Una multitud se congregó ante la funeraria en una mezquita y luego se dirigió al cementerio de Mont-Valérien para el entierro.
Francia movilizó a 45 mil policías y gendarmes y los disturbios en la capital fueron menos intensos que en días anteriores, aunque se registraron desmanes importantes en Marsella y Lyon, segunda y tercera ciudad del país respectivamente.
Nahel, cuya familia era oriunda de Argelia, fue baleado tras negarse a obedecer las órdenes de dos agentes durante un control de tránsito en Nanterre.
El hecho agitó el debate sobre racismo policial, en un país donde 13 personas murieron en circunstancias similares en 2022.
De acuerdo con el Ministerio del Interior, los disturbios de ayer dejaron mil 300 arrestos y 79 policías y gendarmes heridos, decenas de comercios saqueados y medio centenar de ataques a comisarías y una decena a cuarteles de gendarmería.
Los manifestantes calcinaron o dañaron mil 350 vehículos y mil 234 edificios incendiados, según el balance oficial.
Los disturbios alteraron la vida social de Francia, con temores de que afecte a la temporada turística y a casi un año de los Juegos Olímpicos de París-2024.
También la agenda diplomática, obligando a Macron a aplazar una visita a Alemania para una cumbre entre las dos principales potencias de la Unión Europea.
Emmanuel Macron “informó de la situación en su país” a su homólogo alemán, Frank-Walter Steinmeier, y solicitó “aplazar su visita de Estado a Alemania”, prevista a partir de hoy, informó un comunicado de la Presidencia germana.
