POLONIA.- Armados con un detector de metales, los detectoristas aficionados buscan objetos arqueológicos enterrados en el continente europeo. Esta actividad, aunque no es legal en todos los países, sí está sujeta a una estricta normativa en casi todos ellos. Y ha sido en Polonia donde uno de estos apasionados buscadores del pasado, llamado Denis Konkol, ha tenido la fortuna de descubrir algo increíble en los bosques de Kociewie, en Pomerania, una región boscosa situada en el norte de Polonia, en la frontera con Alemania: cinco grandes hachas de la Edad del Bronce que se hallaban prácticamente enterradas en la superficie.
En Polonia, para llevar a cabo este tipo de búsquedas se necesita un permiso del conservador provincial de monumentos y la autorización del propietario de los terrenos, por lo que antes de llevar a cabo su actividad Konkol tuvo que pedir todos los permisos necesarios. Así logró descubrir, bajo una fina capa de tierra de unos 20 o 30 centímetros de profundidad, las cinco hachas, que estaban enterradas todas juntas. Konkol informó rápidamente a las autoridades locales encargadas de la protección del patrimonio arqueológico, que se pusieron en contacto con Igor Strzok, conservador de monumentos provincial de Pomerania.
“La extracción de estos hallazgos se realizó bajo la supervisión arqueológica de nuestros colegas de la Oficina Provincial para la Protección de Monumentos. Esto significa que evitamos una posible destrucción del yacimiento. De esta manera se ha impedido una posible contaminación de este descubrimiento ya que la recuperación de las hachas se ha llevado a cabo de manera estrictamente científica”, ha señalado Strzok.
“La recuperación de las hachas se ha llevado a cabo de manera estrictamente científica”, ha explicado Igor Strzok.
Las cinco hachas se han datado entre los años 1700 y 1300 a.C., y los arqueólogos descartan la posibilidad de que puedan estar relacionas con algún tipo de actividad comercial. Por el contrario, especulan con que podrían haber formado parte de una ofrenda ritual. Strzok sugiere que este tipo de hachas, de tipo tautušiai, con un mango esbelto con bordes elevados, una hoja ancha y de considerable tamaño, podrían estar relacionadas con una cultura báltica originaria de la actual Lituania o del noreste de Polonia.
Según los investigadores, este importante descubrimiento arrojará una nueva luz sobre las culturas que surgieron en Polonia hace más de 3.000 años. Aunque no es este el primer hallazgo de estas características que se ha realizado en la zona. Anteriormente ya se habían descubierto hachas similares de este mismo período en otras partes de Polonia, pero nunca se habían localizado tantas enterradas juntas.
“El último hallazgo de este tipo de arma o herramienta se descubrió hace unos veinte años en la región de Lublin. Tradicionalmente, los depósitos de la Edad del Bronce en la región arrojaban predominantemente brazaletes o corazas, lo que hace que el descubrimiento de estas cabezas de hacha sea una maravilla arqueológica distintiva”, concluye con satisfacción el arqueólogo.