Identifican una segunda falla sísmica al poniente de la CDMX

CIUDAD DE MÉXICO.- Una segunda falla geológica, paralela a la descubierta en Plateros-Mixcoac y que también está asociada a los microsismos registrados en el poniente de la Ciudad de México desde 2023, fue identificada por expertos de los institutos de Geofísica e Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Nombrada falla de Barranca del Muerto, la grieta está ubicada 800 metros al sur de la de Plateros-Mixcoac, que fue mapeada a principios de 2024”, de acuerdo con una nota del diario Reforma.

Las dos fallas, según la publicación, interactúan en la zona de transición geológica entre el subsuelo de las montañas y el área que anteriormente era ocupada por el lago, refiere la investigación difundida en febrero.

“El análisis realizado por los investigadores, para el cual se utilizó tecnología satelital, reveló que, al menos seis días antes del primer microsismo relevante, en mayo de 2023, tuvieron lugar deslizamientos en la grieta ubicada en Barranca del Muerto”.

La secuencia de movimientos sísmicos locales sería resultado de la interacción entre ambas grietas: Los enjambres sísmicos en esta zona parecen ser resultado del régimen extensional regional, las tensiones inducidas por el deslizamiento lento en los segmentos de falla orientales y la interacción entre estas fallas, indica la investigación.

El documento “La Interacción de Fallas de Deslizamiento Lento bajo la Ciudad de México Induce una Sismicidad Intensa durante Meses”, publicado en la revista Tectonophysics, se trata del primer documento científico que identifica una segunda falla sísmica asociada a los movimientos locales.

El estudio identificó como eventos sísmicos principales los ocurridos el 11 de mayo y el 14 de diciembre de 2023, ambos con una magnitud de 3.2 y un epicentro a 700 metros de profundidad.

Mediante un análisis geomorfológico cuantitativo, se logró establecer la conexión estructural entre las fallas involucradas.

Según el informe, “los enjambres sísmicos en esta zona parecen ser consecuencia del régimen extensional regional, las tensiones generadas por el deslizamiento lento en los segmentos de falla orientales y la interacción entre estas fallas.”

Uno de los hallazgos más relevantes fue que antes de la secuencia sísmica, se detectó un deslizamiento imperceptible en la falla Barranca del Muerto. “Esto sugiere que la inestabilidad y la interacción de las fracturas a través de un sistema de fallas ocurrieron durante periodos de semanas a meses, impulsadas por un proceso local subyacente”, señalaron los investigadores.

Los especialistas también detallaron cómo el desplazamiento subterráneo pudo haberse producido entre ambas fallas, conforme se desarrollaron los microsismos. “Una de las preguntas clave es cómo el deslizamiento de mayo en la falla Barranca del Muerto pudo haber influido en el campo de deformación alrededor de la falla Mixcoac, que se activó en diciembre a solo 800 metros al norte”, cuestionaron.

La hipótesis más plausible es que el deslizamiento al este de la falla fue lento y asísmico, con dos posibles explicaciones: “O bien ocurrió en los tres días previos al sismo principal, como parece haber ocurrido antes del sismo de mayo en la falla Barranca del Muerto, o después, como un deslizamiento posterior extendido en dirección opuesta”, explicaron.

Ambas fallas interactúan en la zona de transición geológica entre el subsuelo montañoso y el área lacustre de la Ciudad de México. “Los patrones espaciotemporales de temblores rápidos y lentos sugieren que la sismotectónica en el poniente de la Ciudad incluye dos zonas mecánicamente distintas: una región estable y propensa a la deformación asísmica al este, donde las fallas están enterradas bajo sedimentos saturados de agua, y una región inestable al oeste, propensa a la radiación sísmica, donde las fallas se expresan geomorfológicamente”, detallaron.

Además, se incluyó en la investigación la relación entre la extracción excesiva de agua y los microsismos, un aspecto del estudio titulado “La Interacción de Fallas de Deslizamiento Lento bajo la Ciudad de México Induce una Sismicidad Intensa durante Meses”. Realizado por expertos de los institutos de Geofísica e Ingeniería de la UNAM, el estudio menciona el uso de pozos en el poniente de la ciudad.

“Los segmentos de las fallas Barranca del Muerto y Mixcoac se localizan en una zona densamente poblada, donde la demanda de agua es alta y cerca de 14 pozos se encuentran a un kilómetro de estas fallas”, señala el estudio.

Una parte de la deformación superficial registrada en mayo de 2023 ocurrió antes del primer microsismo intenso, debido al deslizamiento asísmico, que pudo haber sido causado por la subsidencia o hundimiento generado por la extracción de agua. “El deslizamiento lento ocurre en la parte plana de la Ciudad, debajo de sedimentos ricos en agua que promueven deformaciones asísmicas”, apuntaron.

La Cuenca del Valle de México está sometida a una extracción masiva de agua subterránea para satisfacer las necesidades de millones de personas, lo que se traduce en una de las tasas de subsidencia del suelo más altas del mundo, indicaron los expertos.

Mediante tecnología satelital, se analizó el fenómeno del hundimiento local. “Se han identificado grandes desplazamientos del suelo, de hasta 50 centímetros al año, resultantes de la subsidencia por la extracción agresiva de agua subterránea”, detalla el informe.

Sin embargo, el estudio, que utilizó tecnologías digitales, confirmó que existe una interacción entre las fallas Mixcoac y Barranca del Muerto, lo que, como conclusión inicial, permite descartar que la subsidencia haya influido en los microsismos. “Esta conexión estructural es crucial, ya que descarta otros mecanismos, como la actividad antropogénica, por ejemplo, la extracción de agua, que podrían generar patrones de deformación similares”, concluyeron.