La inmensa demanda de agua para combatir el veloz incendio de Palisades provocó que los tres depósitos de agua de la comunidad y algunos hidrantes se hayan secado temporalmente en las últimas 24 horas.
Eso dificultó los esfuerzos para combatir el fuego, dijo el Departamento de Bomberos de Los Ángeles.
Pacific Palisades, una comunidad de unos 27,000 habitantes al oeste del centro de Los Ángeles, tiene un terreno montañoso y una elevada altitud, lo que dificulta el movimiento del agua. Los depósitos de agua ayudan a mantener la presión suficiente para bombear el agua cuesta arriba, pero cuando la demanda del sistema es elevada, resulta difícil mantener esa presión.
El departamento de agua dijo que llenó todos los tanques de almacenamiento de agua disponibles en Los Ángeles antes del incendio.
Durante un breve periodo de tiempo, los fuertes vientos y el cielo lleno de humo impidieron a los bomberos utilizar aviones o helicópteros para arrojar agua sobre los incendios. Sin embargo, según Erik Scott, oficial de información pública del Departamento de Bomberos de Los Ángeles, ese problema ya fue resuelto.
Expertos en gestión de aguas urbanas señalaron que es poco probable que la causa de que los depósitos de agua se secaran fuera una mala planificación o negligencia. Más bien, “estos sistemas no están diseñados para hacer frente a estos desastres en la magnitud y la escala y la frecuencia que está sucediendo”, dijo Newsha Ajami, jefe de desarrollo de la investigación en el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley.
Las autoridades de Los Ángeles instaron a los residentes a reducir el consumo de agua y emitieron un aviso de agua hervir el agua de 48 horas para un código postal, que incluye Palisades y comunidades adyacentes, este miércoles.
En la red social Truth Social, el presidente electo, Donald Trump, culpó al gobernador de California, Gavin Newsom, de los incendios de Los Ángeles y dijo que Newsom “[…]se negó a firmar la declaración de restauración del agua que se le presentó y que habría permitido que millones de galones de agua, procedentes del exceso de lluvia y nieve derretida del norte, fluyeran diariamente a muchas partes de California, incluidas las zonas que están ardiendo actualmente”.
“Para colmo, no hay agua para los hidrantes, ni aviones de extinción. ¡Un verdadero desastre!”, añadió Trump.
Izzy Gardon, director de comunicaciones de Newsom, dijo en un comunicado que “no existe tal documento de restauración del agua. Eso es pura ficción”.
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