Si la industria de la moda fuera un país, “sería la séptima economía del mundo”, pero con la mayor parte de su población en precariedad, con salarios que no alcanzan ni para comprar alimentos, explotación laboral principalmente de mujeres y trabajo infantil. Una investigación de la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza (ACFP) señala que la nación Fast Fashion tiene fábricas y sucursales en México.
El valor estimado de ese sector a nivel global es de 3 billones de dólares, según el reporte La precariedad laboral está de moda. En México genera más de 2.1 billones de pesos de ingresos anuales, pero de esas ganancias las empresas destinan sólo 4% al pago de salarios.
En general, en el sector de la moda se gasta seis veces más en publicidad que en las remuneraciones a su personal. Pero en particular, las tiendas departamentales y los supermercados pagan 19 veces más en campañas publicitarias que en prestaciones laborales.
“La industria de la moda ha creado una espiral de consumo con dos efectos negativos: la explotación laboral y la contaminación de ropa desechada”, destaca el documento. Son unas auténticas fábricas de pobreza, dijo Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador general del ACFP.
“No queremos poner en riesgo las fuentes de empleo, pero el sector sí tiene las condiciones” para respetar los derechos de las trabajadoras y los trabajadores, agregó el epecialista al término de una pasarela en la que un grupo de hombres y mujeres desfiló portando las últimas cifras de la precariedad laboral.
Antes de la pandemia, “el censo económico 2019 contabilizaba 1 millón 948,000 personas ocupadas en la industria de la moda”. De ellas 1 millón 18,000, es decir, el 52%, trabajaban sin derechos laborales básicos.
Este tipo de trabajos afecta más a las mujeres, señala el estudio. El 57% de la población empleada sin salario fijo, contrato o seguridad social es mujer. Dos de cada tres personas que trabajan sin remuneración son mujeres, generalmente laboran en pequeñas tiendas, puestos y comercios de ropa, zapatos y accesorios.
Tras bambalinas no hay glamour
La industria de la moda vende un estatus social; para la mayoría, aspiracional. Sin embargo, casi dos tercios de quienes trabajan en ese sector no tienen un ingreso suficiente para superar apenas el umbral de pobreza. Lo que ganan no les alcanza para comprar dos canastas básicas, “esto es para mantenerse a sí mismas y a otra persona”, dice el reporte. Son 1 millón, 776,000 sin salario suficiente.
El 52% carece de afiliación al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Por lo tanto, no tienen una cuenta de ahorro para el retiro, si se enferman o sufren un accidente no tienen incapacidad pagada y tampoco gozan del beneficio de servicios como estancias infantiles.
Además, apenas el 4% del personal está afiliado a un sindicato, a pesar de que es una industria con una historia de organización y lucha por sus derechos desde antes de la Revolución Mexicana.
El 17% de las personas en esta industria está subocupado. Más 475,000 “trabajan medias jornadas, pero no por decisión o necesidad, sino porque no consiguen trabajos a tiempo completo”, por lo que sus ingresos son bajos.
Mientras que tres de cada 10 personas trabajan más de 48 horas a la semana, o sea, 823,000 personas. “De ellas, hay 343,000 (12% del total de la población ocupada) que trabajan más de 56 horas” semanales. Pero aunque trabajan tanto tiempo, no garantiza que ganan lo justo.
“Esto debe cambiar ya. El salario debe ser suficiente para al menos cubrir el costo de dos canastas básicas, esto es 8,100 pesos al mes”, exije Acción Ciudadana Frente a la Pobreza. En los próximos días, anunció Rogelio Gómez Hermosillo, buscarán dialogar con autoridades laborales, empresas y personas trabajadoras.