Robert Lewandowski se estrenó como jugador del Barcelona en el Clásico frente al Real Madrid en Las Vegas y dejó destellos, detalles, de lo que puede ofrecer al equipo, aunque lejos, todavía, de lo que debe esperarse de un jugador de su indiscutible prestigio.
Remató tres veces a portería, dos de ellas con indiscutible peligro y participó, como secundario, en el gol, golazo, con que Raphinha desequilibró el marcador.
Jugó los primeros 45 minutos del Clásico (fue sustituido por Aubameyang durante el descanso) y evidenció la necesidad de conocer más a fondo a sus nuevos compañeros. Le costó entenderse con Pedri o Gavi, no por falta de ganas, y lo hizo mejor con los delanteros.
Destacado fue tanto su buen tono físico como su compromiso en labores defensivas, convertido en uno de los primeros a la hora de presionar la salida de balón del rival en su área, lo que en una oportunidad desembocó en el error de Militao y el golazo de Raphinha.
Con apenas dos entrenamientos junto a sus nuevos compañeros, Lewandowski debutó con el 12 a la espalda, a la espera de conocerse el futuro de Memphis, y se situó de forma evidente en la punta del ataque, flanqueado en las bandas por Raphinha y Ansu Fati, muy móviles ambos y que le buscaron, de entrada menos de lo que podría esperarse pero sin desespero.
Su primera actuación, antes de llegarse al minuto de juego, fue una falta a Militao para evitar la conducción y combinación del rival, en una clara señal de la insistencia de Xavi en que el Barça empiece a defender con sus delanteros, lo más arriba posible.
A los 12 minutos, escorado a la derecha, recibió un pase de Araújo, se perfiló con el balón hasta entrar en el área y sin pensarlo, soltó un disparo duro y seco al que respondió Courtois rechazando a corner y repitió, pasada la media hora, como auténtico delantero centro rematando de primera, por abajo, un centro raso de Raphinha que siendo envenenado lo salvó Militao rechazando a corner.
En ese momento ya ganaba el Barça, gracias al golazo de Raphinha como desemboque a una jugada defensiva excelente de los delanteros azulgranas, que fueron a presionar la salida de balón en la propia área merengue, con Lewandowski como protagonista destacado y provocando que Militao sacase de mala manera el balón para que lo aprovechase Raphinha.
Hasta el descanso siguió trabajando, dejándose ver en labores de presión y provocando que ya fueran Militao, Alaba o Rudiger no le perdieran de vista cuando atacaba el Barça, buscando el desmarque o la colocación en el área para buscar algún remate que no tuvo ocasión de protagonizar.
Al medio tiempo, con ventaja y tal como tenía previsto Xavi, Lewandowski abandonó el partido siendo sustituido por Aubameyang.
Cumplió en sus primeros minutos como azulgrana… Aunque, obviamente, se espera más, mucho más, de él.