CIUDAD DE MÉXICO.- Durante el 2024, la Ciudad de México enfrentó una de sus peores crisis hídricas en décadas. La sequía afectó al Sistema Cutzamala, una de las principales fuentes de abastecimiento de agua para la Zona Metropolitana del Valle de México.
Si bien, no se llegó al llamado “Día Cero”, en el que la capital se quedaría sin agua disponible para sus habitantes, la amenaza es real. Hoy, en 2025, gracias a las lluvias y una mejor gestión del recurso, los niveles del Cutzamala muestran una recuperación, aunque todavía parcial.
Víctor Javier Bourguett Ortiz, director ejecutivo de Agua Potable de la Secretaría de Gestión Integral del Agua de la Ciudad de México (Segiagua), explicó que en años anteriores, particularmente entre 2014 y 2018, el sistema incluso presentaba derrames por su alto nivel. Sin embargo, las extracciones excesivas y la prolongada sequía provocaron una reducción alarmante de sus reservas.
Tras los ajustes operativos y las lluvias recientes, el nivel del sistema ha comenzado a repuntar. Para el 22 de mayo del 2025, se reportaron 379.3 millones de metros cúbicos almacenados, lo que representa 49% de su capacidad, una mejora significativa si se compara con el año anterior.
“El año 2025 y, posiblemente, el 2026 seguirán siendo difíciles, aunque no tanto como el 2024. No hemos salido de la situación complicada, por eso debemos continuar con un manejo responsable del suministro y avanzar en acciones que reduzcan la dependencia del Cutzamala”, comentó Bourguett Ortiz.
Uno de los indicadores más evidentes de la mejoría en el suministro de agua es la reducción de quejas ciudadanas. Según datos de la Segiagua, en el 2023 se llegaron a registrar hasta 800 reportes diarios por falta de agua. En la actualidad, el número ha descendido a un promedio de 300, con mínimos de 100 en los mejores días.
Este cambio está relacionado con una mayor disponibilidad de agua. Durante junio del 2024, en plena crisis, el suministro total en la Ciudad de México fue de 27.7 metros cúbicos por segundo. En ese momento, el 50% del agua provenía de pozos, ya que el Cutzamala apenas aportaba el 16% del recurso.
Para mayo de este año, la situación ha cambiado: el promedio de suministro ascendió a 30 metros cúbicos por segundo, con una mejor distribución entre las fuentes. El Cutzamala aumentó su participación a 29.2% y los pozos bajaron a 41.4 por ciento.
“Estuvimos lejos de llegar al Día Cero, pero el discurso se politizó. La estrategia para enfrentar la escasez fue incrementar la extracción de pozos y diversificar las fuentes”, apuntó el directivo de Segiagua.
Pese a la recuperación, los especialistas coinciden en que el verdadero reto está en garantizar un sistema hídrico sustentable y equitativo. Mauricio Jessurun, presidente del XL Consejo Directivo del Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM), advirtió que la operación hidráulica es uno de los desafíos más complejos en urbes del tamaño de la Ciudad de México.
“En la capital, el reto se multiplica al considerar que se debe abastecer a más de 2.8 millones de viviendas y sostener su actividad económica, que representa más del 16% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional”, detalló Jessurun.
Para Bourguett, la principal fuente de agua de la ciudad en el futuro será la eficiencia, es decir, recuperar agua de las líneas deficientes. Y es que se estima que, actualmente, 35% del líquido potable se pierde por fugas debido al deterioro de la infraestructura.
Para revertir esto, las autoridades de la ciudad impulsan proyectos de rehabilitación en plantas de bombeo, pozos, sistemas de control, medición y humedales, además de la coordinación con los estados de México e Hidalgo para incorporar nuevas fuentes como la presa Guadalupe o los pozos de Tequixquiac.