CIUDAD DE MÉXICO.- Un menor contagiado con sarampión luego de regresar de un viaje familiar por Europa encendió las alertas sanitarias en México, debido a que se trata de un virus altamente contagioso y potencialmente grave, incluso mortal que se creía eliminado.
Fue internado en el Hospital Infantil de México ‘Federico Gómez’ donde lo estabilizaron el fin de semana. Además, las autoridades sanitarias comenzaron con la investigación y el rastreo de contactos previos ante su rápida diseminación.
Se propaga en el aire o por contacto directo con gotitas de saliva y de moco expulsados al toser, estornudar o hablar con la persona infectada.
Si bien es importante subrayar que se trata de un caso importado de sarampión en México, la notificación resulta de relevancia ante la alerta epidemiológica lanzada el pasado 29 de enero de 2024 por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que reportó un incremento de casos alrededor del mundo. Se pasó de 171 mil casos positivos en 2022 a más de 280 mil en el 2023, es decir, un aumento de 64 por ciento.
“Una persona con sarampión puede contagiar hasta 18 personas de manera eficiente, mientras que una persona con covid-19, por ejemplo, puede contagiar hasta 2.5 personas. La diferencia es muy grande. Y es preocupante porque el sarampión es prevenible con vacunación”, explicó Jorge Baruch Díaz Ramírez, responsable de la Clínica de Atención Preventiva del Viajero de la UNAM.
Por ello, la Dirección General de Epidemiología publicó, el 15 de febrero de 2024, un Aviso preventivo de viaje por sarampión a nivel global y datos sobre que “el sarampión puede ocasionar diversas complicaciones e incluso la muerte”.
El caso importado del menor resulta también relevante debido a las bajas coberturas en los esquemas básicos de vacunación.
Se pasó de una cobertura de vacunación de 84.7 a 35.8 por ciento del 2006 a 2021 entre menores de dos años, lo cual representa que cerca de siete de cada 10 infantes carecen de esquemas de vacunación completos contra enfermedades prevenibles, de acuerdo con Eduardo Arias, infectólogo pediatra, adscrito al Servicio de Infectología Pediátrica del Instituto Nacional de Pediatría (INP).
La última epidemia de sarampión en el país ocurrió entre 1989 y 1990 con alrededor de 89 mil 163 casos autóctonos, es decir, que se contagiaron dentro del territorio nacional.
El último caso de sarampión autóctono en México se reportó en 1995. Esto quiere decir que se transmitió de forma local. A partir de ese momento los casos que han aparecido han sido importados, o sea, que el virus se adquirió fuera del país.
Durante 2019, en México, de acuerdo con la Dirección General de Epidemiología, se notificaron 5 mil 163 casos probables de sarampión o rubéola, de los cuales 20 fueron confirmados a sarampión, todos fueron relacionados a importación.
En el 2020 se notificaron 2 mil 518 casos probables de sarampión o rubéola, de los cuales 196 casos fueron confirmados a sarampión, “con fuente de infección desconocida”, de acuerdo con el aviso epidemiológico del 8 de febrero de 2024 del Comité Nacional para la Vigilancia Epidemiológica.
Luego, entre 2021 a 2023, no se habían reportaron casos confirmados y en las primeras semanas de 2024 se notificaron “un total de 140 casos probables de sarampión o de rubéola, sin que se diera a conocer los resultados del Indre.
El sarampión era la quinta enfermedad que se había eliminado de las Américas, después de la viruela (1971), la polio (1994), y la rubéola y el síndrome de la rubéola congénita (2015). Actualmente hay un resurgimiento de casos en la región.
Los síntomas suelen aparecer entre ocho y 12 días después de tener contacto con una persona enferma a través de fiebre, secreción nasal, dolor de articulaciones y ojos llorosos y enrojecidos, manchas pequeñas con centro blanco o blanco azulado sobre una base eritematosa en la mucosa del vestíbulo de la boca (Manchas de Koplik).
La erupción cutánea (exantema) comienza entre siete y 18 días después de la exposición, generalmente en la cara y la parte superior del cuello. Se propaga durante unos 3 días, hasta llegar a las manos y los pies. Por lo general, dura entre 5 y 6 días hasta que desaparece.
Los casos graves son especialmente frecuentes en niños pequeños malnutridos, y sobre todo en los que su sistema inmunitario está debilitado. En poblaciones con altos niveles de malnutrición y falta de atención sanitaria adecuada, la letalidad por sarampión puede llegar al 10 por ciento de los casos.
Las complicaciones más frecuentes llegan a ser otitis media, neumonía, laringotraqueobronquitis y encefalitis, resultado de la misma replicación viral o de una infección bacteriana agregada.