• 23/11/2024
Miles de muertos y desaparecidos por inundaciones de Libia

Miles de muertos y desaparecidos por inundaciones de Libia

LIBIA.- Más de 5000 personas han muerto en Libia después de que las lluvias torrenciales causaran el colapso de dos represas cerca de la ciudad costera de Derna, destruyendo gran parte de la ciudad y arrastrando barrios enteros al mar, dijeron las autoridades locales el martes.

Libia, una nación norafricana dividida por la guerra, no estaba preparada para la tormenta, llamada Daniel, que atravesó el mar Mediterráneo para azotar su costa. El país está administrado por dos gobiernos rivales, lo que complica las labores de rescate y ayuda, y, a pesar de sus vastos recursos petrolíferos, sus infraestructuras estaban mal mantenidas tras más de una década de caos político.

Solo en la ciudad de Derna murieron al menos 5200 personas, declaró Tarek al-Kharraz, portavoz del Ministerio del Interior del gobierno que supervisa el este de Libia, según la cadena de televisión local Al-Masar. Pero las aguas también arrasaron otros asentamientos del este, como Shahat, Al-Baida y Marj, y al menos 20.000 personas resultaron desplazadas.

Miles más estaban desaparecidas y es probable que la cifra de muertos aumente en los próximos días. Las inundaciones dejaron cadáveres esparcidos por las calles, al tiempo que arqueaba edificios, hundían vehículos y bloqueaban carreteras, lo que impide el acceso a las zonas más afectadas.

“Todavía no podemos comprender la magnitud de lo que ha ocurrido”, dijo Jawhar Ali, de 28 años, nacido en Derna y residente en Turquía que pasó dos noches en vela en busca de noticias de su familia en su país, donde las comunicaciones se cortaron por la catástrofe. “La conmoción que estamos viviendo es terrible”.

Los analistas afirmaron que los males del país —división política, inestabilidad económica, corrupción, degradación medioambiental e infraestructuras ruinosas— parecían confluir en una catástrofe cuando se derrumbaron las represas al sur de la ciudad. Las inundaciones se produjeron días después de que un terremoto en Marruecos, otra nación norafricana, causara la muerte de más de 2900 personas.

Sin embargo, para Anas El Gomati, director del Instituto Sadeq, un centro libio de investigación política, los dos sucesos fueron profundamente diferentes, dada la imprevisibilidad de los temblores de tierra en comparación con una tormenta como Daniel, que puede preverse con horas o días de antelación.

Incluso después de que la tormenta desplegara su poder destructivo la semana pasada en Grecia, Turquía y Bulgaria, y derivara en la muerte de más de una decena de personas, las autoridades libias no parecían tener un plan serio para vigilar las represas, advertir a los residentes o evacuarlos, aseguró El Gomati.

“Decimos que fue la madre naturaleza, pero esto es obra del hombre, es la incompetencia de las élites políticas libias”, dijo El Gomati. “No hay palabras que se puedan encontrar para describir el nivel bíblico de sufrimiento que tiene que soportar esa gente”.

Las represas liberaron agua que se derramó por Derna, una ciudad de unos 100.000 habitantes, dijo el lunes en una rueda de prensa televisada Ahmed al-Mismari, portavoz del Ejército Nacional Libio, la fuerza política dominante en la zona.

ImageAn aerial view of a destroyed road and floodwaters.
Fotograma de un video facilitado por el canal de televisión libio Al-Hadath sobre las inundaciones y las carreteras destruidas en Al-Mukhaili el lunes.Credit…Libya Al-Hadath, vía Reuters

“Es la primera vez que nos vemos expuestos a este tipo de condiciones meteorológicas”, dijo Al-Mismari, calificando el escenario de “completamente inesperado”. Las condiciones estaban dificultando la coordinación de las operaciones de rescate y ayuda, con todas las carreteras a las zonas más afectadas bloqueadas o casi bloqueadas, dijo.

Los ciudadanos que escaparon de Derna abandonaron la ciudad “como si hubieran nacido hoy, sin nada”, dijo.

Las inundaciones recordaron los efectos del huracán Katrina en 2005, cuando la tormenta azotó Luisiana y se convirtió en una calamidad tras la rotura de los diques de Nueva Orleans, lo que inundó áreas grandes de la ciudad.

También mostró cómo el cambio climático puede combinarse con los conflictos políticos y el fracaso económico para magnificar la escala de los desastres.

Libia lleva años dividida entre un gobierno reconocido internacionalmente con sede en Trípoli y una región administrada por separado en el este, incluida Derna, donde el principal agente de poder es el Ejército Nacional Libio y su comandante, Khalifa Hifter, líder de las milicias desde hace mucho tiempo.

“En los últimos 10 años, Libia ha pasado de una guerra a otra, de una crisis política a otra”, dijo Claudia Gazzini, analista principal para Libia del International Crisis Group. “Esencialmente, esto ha significado que, durante la última década, no ha habido realmente mucha inversión en la infraestructura del país”.

Libia es especialmente vulnerable al cambio climático y a las tormentas cada vez más intensas que trae consigo un clima más cálido. El calentamiento hace que las aguas del Mediterráneo se expandan y que el nivel del mar suba, lo que erosiona las costas y contribuye a las inundaciones, y las zonas costeras bajas del país están en riesgo especial, según Naciones Unidas.

Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, en promedio se forman tormentas similares a huracanes una o dos veces al año en el Mediterráneo, normalmente en otoño. A medida que las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por el ser humano calientan el planeta, las tormentas de muchos tipos suelen producir precipitaciones más intensas por una sencilla razón: el aire más caliente puede retener más humedad.

La mayor parte de la población libia vive en zonas costeras, y las intensas mareas tormentosas podrían causar daños generalizados en las infraestructuras, advirtió un informe de 2021 de la Red de Expertos en Seguridad Climática, un grupo que asesora sobre los riesgos de seguridad relacionados con el clima.

El martes, un funcionario local declaró a Al-Masar que otra presa de la región oriental estaba llena de agua y al borde del colapso. La presa de Jaza —situada entre Derna y la ciudad de Bengasi— necesitaba mantenimiento para evitar otro desastre, declaró el alcalde del municipio de Tocra, Mahmoud Al Sharaima.

“La reciente tormenta Daniel ha sacado a la luz el hecho de que Libia está mal preparada para hacer frente a los efectos del cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos”, dijo Malak Altaeb, consultora e investigadora libia sobre política medioambiental en Oriente Medio y el Norte de África. “Ya no se puede exagerar la necesidad de una actuación urgente para abordar estos problemas acuciantes”.

Derna, situada en la costa nororiental de Libia, se construyó sobre las ruinas de una antigua colonia griega. El Gomati, director del centro de investigación política, la describió como una hermosa ciudad costera, antaño conocida por su cultura, poesía y teatro.

“Los residentes locales solían afirmar que era un pedazo de cielo que cayó del cielo”, dijo.

Gazzini, la analista, recordó su visita hace unos meses y su travesía por el valle que se inundó este fin de semana. “Nunca vi agua, y no dejaba de pensar: ¿Por qué hay un valle tan grande en este espacio vacío de aquí?”, dijo.

Pero los cauces secos de los ríos que salpican la península arábiga y el norte de África pueden inundarse rápidamente cuando llueve copiosamente, ya que la tierra reseca se esfuerza por absorber el aguacero.

“Lo que ocurrió en Derna es inimaginable: nunca se pensaría en una lluvia tan torrencial en un país desértico que no haya sufrido este tipo de inundaciones”, dijo Gazzini.

La inestabilidad política también puede agravar la degradación medioambiental a través de la deforestación y la construcción ilegal, dijo Altaeb, la consultora, al reducir la capacidad de la tierra para absorber la lluvia, aumentar la escorrentía superficial e incrementar el riesgo de inundaciones.

Libia tuvo 42 años de gobierno autocrático bajo el mando del coronel Muamar Gadafi antes de ser derrocado en una revuelta en 2011, durante la Primavera Árabe.

Durante la década siguiente, el país se vio fracturado por una guerra civil que atrajo a diversos actores extranjeros, entre ellos Estados Unidos. En un momento dado, Turquía respaldó un gobierno provisional en Trípoli, mientras que Rusia, Emiratos Árabes Unidos y Egipto apoyaron a Hifter, antiguo general libio.

En la actualidad, el país está gobernado por la administración occidental con sede en Trípoli, dirigida por el primer ministro Abdul Hamid Dbeiba, y una autoridad con sede en el este, dirigida por Osama Hamad. Decenas de grupos armados siguen teniendo influencia, un punto reforzado por los mortíferos enfrentamientos del mes pasado en Trípoli. A pesar de poseer las mayores reservas de petróleo y gas del continente africano, el país está mal preparado para hacer frente al desastre.

Las distintas autoridades libias parecían estar colaborando en cierta medida para coordinar las labores de búsqueda y rescate, ya que los equipos médicos empezaron a acudir a la región para tratar a los sobrevivientes y buscar a los desaparecidos. Entre ellos había personal de rescate enviado por el gobierno de Trípoli, así como otros enviados por Turquía y Emiratos Árabes Unidos, que llegaron a la ciudad oriental de Bengasi el martes. Varios grupos de ayuda también dijeron que estaban aumentando sus servicios en el país.

El presidente Joe Biden, en una declaración el martes, dijo que Estados Unidos estaba “enviando fondos de emergencia a las organizaciones de ayuda y coordinando con las autoridades libias y la ONU para proporcionar apoyo adicional”. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, también anunció que el país enviaría apoyo financiero y otro tipo de ayuda para las organizaciones que trabajan sobre el terreno.

Sin embargo, no estaba claro cuánta ayuda había llegado a las zonas más afectadas; Bengasi está a más de 290 kilómetros de Derna en automóvil, y muchas de las carreteras de la zona habían quedado bloqueadas por las inundaciones, dijo el lunes el Concejo Municipal de Derna. Pidió la apertura de un paso marítimo a Derna y una intervención internacional urgente.

Mientras los libios tenían dificultades para contactar a sus seres queridos debido a los cortes de comunicación, muchos de ellos recurrieron a Facebook, donde los grupos se llenaron de consultas de familiares de personas en Derna.

El martes en Turquía, mientras esperaba ansiosamente junto a un amigo de Derna, Ali se alegró de saber por fin que su familia estaba a salvo, pero su amigo, cuyos sollozos marcaban los mensajes de voz de Ali a un periodista del Times, había perdido a siete familiares cuando su casa fue arrasada, entre ellos su esposa, su madre, su padre y su hijo, un bebé.

“La ciudad está viviendo una situación trágica, una catástrofe sin precedentes”, dijo Ali, pidiendo ayuda internacional. “Los residentes de Derna están buscando los cuerpos de sus seres queridos cavando con sus manos y con simples herramientas agrícolas”.

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