Rafael Nadal había cortado todo tipo de contacto con cancha desde que perdió las semifinales de Wimbledon.
Lesionado en los abdominales, al mallorquín se le había visto disfrutando de sus vacaciones, sobre una moto de agua y hasta bailando al ritmo de ¡Maluma!
La vuelta a los entrenamientos había ido bien hasta el momento de sacar pasaje a Montreal. Ahí se dio cuenta que no podía sacar al 100% y se tomó unos días más porque sabe que para el US Open es necesario hacer escala en otra competencia. Y Cincinnati le cayó “como anillo al dedo”.
El jugador voló bien a Estados Unidos y apenas aterrizó en Ohio tomó posesión de la Cancha Central para aclimatarse a la velocidad del Lindner Family Tennis Center, torneo donde sólo ha podido jugar una final, la que ganó en el año 2013.
De esta manera será uno de los grandes atractivos del torneo que da comienzo el próximo lunes ya que, si Nadal ganase el torneo y Medvedev no llegase a cuartos de final, el mismo día que da inicio el cuarto y último Grand Slam del año, Rafa aparecería como número 1 del mundo.