JALISCO.- Tras avistar a perros mordisqueando partes de cuerpos humanos, activistas en el oeste de México exigieron a las autoridades que sigan excavando en lo que parece ser una fosa clandestina.
Un grupo que representa a las familias de algunos de los más 112 mil desparecidos en México mostró su preocupación porque la policía abandone el lugar, a las afueras de la ciudad de Guadalajara, debido al largo fin de semana feriado.
El sitio ya había sido alterado por perros, y se teme que se pudieran perderse más evidencias. Luz de Esperanza es un grupo voluntario de búsqueda que representa a familias de desaparecidos en el estado occidental de Jalisco.
Según el colectivo, en la zona se recuperaron 41 bolsas con restos humanos, descubiertas a principios de mes luego de que se avistase a unos perros salir de la zona con una pierna y un cráneo humanos.
“Es indignante que la autoridad, al encontrarse rebasada, se guarde fines de semana y días festivos, y no haya guardias que continúen con estos trabajos”, afirmó en un comunicado. Las autoridades no comentaron cuántos cadáveres podría haber en las bolsas.
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Desde hace tiempo, en Guadalajara se libra una guerra territorial entre facciones del cártel de Jalisco, y cientos de cuerpos han sido arrojados en distintos puntos clandestinos.
Los cárteles del narcotráfico suelen meter los cadáveres de rivales ejecutados o de víctimas de secuestros en bolsas de plástico que se arrojan a fosas poco profundas.
Los perros o animales salvajes pueden alterar los restos y destruir pruebas frágiles como tatuajes, restos de ropa o huellas dactilares que pueden ayudar a identificar a las víctimas. Los animales ya habían llevado antes a las autoridades a encontrar cuerpos.
El pasado noviembre, la policía del estado sureño de Oaxaca halló un cadáver desmembrado tras avistar a un perro corriendo por una calle con un brazo en la boca. El descubrimiento llevó a los investigadores a hallar otras partes del cuerpo descuartizado en un vecindario a las afueras de la Ciudad de Oaxaca, la capital estatal.
Días antes, se encontraron fosas clandestinas con restos en Guanajuato, un estado del centro del país, después de que los vecinos informaron a voluntarios de que habían visto a un perro con una pierna humana. Y semanas antes, residentes en una ciudad en Zacatecas avistaron a otro con una cabeza humana entre sus fauces por la calle.
En ese caso, tanto la cabeza como otras partes del cuerpo habían sido depositadas en un cajero automático en la localidad de Monte Escobedo junto a un mensaje que hacía mención a un cártel.