CIUDAD DE MÉXICO.– En medio de la lucha de porras para Clara Brugada -la mayoría- y Omar García Harfuch, la virtual candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum Pardo, llamó a los militantes de la Ciudad de México a mantener la unidad del movimiento rumbo a las elecciones del 2024.
En una Arena México abarrotada en sus poco más de 16 mil asientos, y a 24 horas de que se anuncie quién será el candidato o candidata a la Jefatura de Gobierno de la Cuarta Transformación, la morenista batalló para calmar los gritos de apoyo en favor de los dos aspirantes punteros:
“Ya sé que todos están con mucho entusiasmo, pero lo más importante ya lo dijimos ‘¿unidad o división?’ ¡Unidad!, ¡Más fuerte! ¡Unidad! Eso es lo que queremos en la ciudad y en todo el país”.
La exjefa de gobierno tuvo que interrumpir dos veces su discurso para pedir a los asistentes, con las manos y al micrófono, que calmaran sus porras, pero era imposible.
“¡Clara es la mejor!”, “¡La ruta es Clara!”, sonaban los gritos del lado izquierdo de la llamada “catedral de la lucha libre mexicana”. A la derecha se alcanzaba a distinguir el grito de “¡Omar, Omar!”. No se necesitaba un referí para decidir quién ganaba ese round.
Con esfuerzo, Sheinbaum logró destacar la presencia de los cinco aspirantes a la coordinación de la defensa de la 4T en la CDMX sentados en primera fila a la izquierda del escenario:
“Aquí tenemos a cinco compañeros que son de primera, de primera”, dijo y los nombró: Mariana Boy, Hugo López Gatel -que llegó a medio discurso de la coordinadora-, Miguel Torruco, Clara Brugada y Omar García Harfuch. Y de nuevo vinieron los gritos para estos dos últimos, como si el volumen de las porras definieran la elección en puerta.
De los nombres, los gritos pasaron a las alcaldías: “¡Iztapalapa, Iztapalapa!”, coreaban los habitantes de esa demarcación frente a los de “¡Carranza, Carranza!” que no se quedaban atrás.
Sheinbaum Pardo dio un breve repaso de las principales acciones que hizo cuando fue jefa de gobierno de la CDMX, entre ellas, la beca universal para estudiantes de escuelas públicas y la construcción de dos universidades. Y ofreció repetirlas “en todos los estados”.
A cambio, pidió: “¡Quiero un compromiso que se llama unidad! ¡arriba todos!, ¡levántense compañeros! ¡Unidad, unidad, unidad!”.
La próxima candidata presidencial de Morena recordó a los militantes capitalinos que tienen “la responsabilidad histórica” de ganar todas las diputaciones locales y federales, las 16 alcaldías, las dos senadurías por la CDMX, la Jefatura de Gobierno y la Presidencia de la República.
“Por eso necesitamos la unidad. ¡El pueblo unido jamas será vencido!”, dijo con voz a punto de claudicar ante el estruendo.
Para entonces, la Arena ya se empezaba a vaciar. Ya estaba demostrado el músculo de los militantes de Morena en la ciudad en su segunda oportunidad. Ya también estaba firmado el “Acuerdo por la Unidad” en la ciudad que Sheinbaum gobernó por cinco años.
Atrás quedó el trago amargo por el fracaso del pasado 24 de octubre en el Estadio Azul que lució semivacío, tanto que la morenista se quedó entre los pasillos y dejó plantados a los pocos que sí acudieron al llamado en la llamada “cuna del obradorismo”.
