• 23/11/2024
¿Por qué la Luna se aleja de la Tierra y cómo nos afectaría?

¿Por qué la Luna se aleja de la Tierra y cómo nos afectaría?

ESTADOS UNIDOS.- Quizás no lo hayas notado, pero la Luna se está alejando de nosotros. Sí, nuestro satélite, formado hace miles de millones de años por el impacto de un objeto -al que se llamó Tea- contra la Tierra, está cada año un poco más lejos de nosotros. En concreto, el radio de su órbita aumenta unos 3,78 cm por año.

Es posible que, en un primer momento, este dato te produzca algo de vértigo pues, al final, sin la presencia de la Luna, los mares apenas tendrían mareas, los días presentarían una duración diferente y nosotros mismos podríamos no estar aquí.

Sin embargo, no debes preocuparte. La Luna se lleva alejando de la Tierra desde el momento en el que fue creada y, aunque la tasa de 3,78 centímetros parezca un ritmo alto, no es realmente así.

Debes pensar que, en el momento en el que apareció la Luna y se asentó en su órbita alrededor de la Tierra, los científicos estiman que esta se encontraba a unos 22.500 km de distancia, mientras que, actualmente, el valor de la misma es de 384.400 km. Es decir, ¡se encontraba casi 17 veces más cerca!

Por esa razón, se estima que hace unos 1400 millones de años, los días duraban tan solo 18 horas y, como es lógico, la vida en el planeta era completamente distinta a lo que conocemos hoy en día.

Pero, ¿por qué ocurre este curioso efecto? Pues bien, para explicarlo es necesario recordar la tercera ley del movimiento de Newton, la cual enuncia que, cuando un cuerpo ejerce una fuerza sobre otro, el segundo también genera una fuerza hacia el primero, de igual magnitud y dirección opuesta.

En otras, palabras: si empujas una pared con la mano, la pared también ejercerá una fuerza igual sobre tu mano. ¿Te suena algo más? Se trata del famoso fenómeno de acción y reacción.

Para el contexto de la Tierra y la Luna debemos tener en cuenta que, cuando nuestro planeta rota, se enfrenta a una gran fuerza de rozamiento generada por los océanos y los mares que lo cubren y que, con el paso del tiempo, esta hace que gire más lentamente sobre su eje.

Ahora bien, como la Tierra y la Luna están unidas gravitacionalmente y para cada acción existe una reacción, a medida que el movimiento en la Tierra se ralentiza, el de la Luna se acelera. Como resultado de esta aceleración, aumenta la fuerza centrífuga, que tira del satélite hacia afuera, separándolo progresivamente del planeta Tierra.

No obstante, el alejamiento es tan sutil que, al menos durante tu tiempo de vida y el de tus hijos o nietos, los posibles cambios no serán apreciables e, incluso si la Tierra continuara ralentizando su rotación, los posibles efectos tardarían miles de millones de años en aparecer.

De hecho, se estima que, mucho antes de que eso ocurra, el Sol alcanzará una edad avanzada, se expandirá y se convertirá en un gigante rojo que tragaría a buena parte del Sistema Solar, incluyendo entre ellos a la Tierra y la Luna.

Los datos que reflejan este fenómeno de distanciamiento llegan recogiéndose desde el año 1969 cuando, como parte del programa Apolo de la NASA, el hombre puso el pie en la Luna. En tres de las misiones que tuvieron lugar entre ese año y 1972, los astronautas dejaron en la Luna una serie de reflectores colocados estratégicamente, tal y como si se tratase de pequeños espejos en fila.

Así, desde entonces, los astrónomos se han dedicado a lanzar diferentes haces de rayos láser hacia ellos. Conociendo la velocidad a la que se desplaza el láser y el tiempo que tarda en ir y volver desde la Tierra hasta la Luna, pueden calcular fácilmente la distancia a la que se encuentra el satélite de nosotros.

Además, el beneficio de esta técnica es que aporta una gran precisión en la medida, alcanzando medidas con incerteza de milímetros, lo cual ha permitido detectar con sencillez ese alejamiento del orden de centímetros.

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