RUSIA.- La anunciada contraofensiva de Ucrania para recuperar los territorios ocupados por Moscú ya empezó, pero no logró “sus objetivos”, afirmó este viernes el presidente ruso, Vladimir Putin, en un momento en el que arrecian los combates en el sur del país y Kiev sigue sin pronunciarse sobre su estrategia.
“Podemos afirmar plenamente que esta ofensiva ha empezado”, declaró Putin en un video difundido por Telegram. “Las tropas ucranianas no lograron su objetivo en ninguno de los campos de batalla”, dijo.
Putin afirmó que “todos los esfuerzos de contraofensiva hasta ahora han fracasado, pero el régimen de Kiev sigue teniendo un potencial ofensivo”.
Este viernes, Estados Unidos anunció que entregará a Ucrania una nueva partida de ayuda militar por 2,100 millones de dólares, que incluye municiones para los sistemas de defensa antiaérea Patriot, proyectiles de artillería, drones y municiones para sistemas de cohetes guiados por láser.
Las autoridades rusas reportan intensos combates en la región de Zaporiyia, en el sur de Ucrania, pero afirmaron que repelieron varios ataques ucranianos.
“Durante las últimas 24 horas las fuerzas ucranianas continuaron sus intentos de llevar a cabo ofensivas en las regiones de Iujno-Donetsk y Zaporiyia”, indicó el Ministerio ruso de Defensa, agregando que esas tentativas fueron rechazadas.
Poco antes, Vladimir Rogov, un responsable de la ocupación rusa, había informado de la reanudación de “combates activos en la región Orejovo (el topónimo ruso de Orijiv) y Tokmak”, en la región de Zaporiyia, a la altura de la actual línea de frente entre las fuerzas rusas y ucranianas.
Las autoridades de Ucrania y el ejército, reforzado con los envíos de material occidental, mantienen un perfil bajo y no han comentado las afirmaciones de Rusia.
La contraofensiva ucraniana ya empezó, estimaron numerosos observadores, entre ellos el centro de estudios estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés), que no espera “una sola gran operación”, sino una serie de acciones coordinadas.
En estas últimas semanas, Ucrania ha puesto a prueba las posiciones rusas a lo largo de la línea del frente, del sur al este, una manera, según los expertos, de sembrar la incertidumbre antes de llevar a cabo un ataque decisivo.
Al interior del territorio ruso, en la ciudad de Voronezh, a unos 200 km de la frontera con Ucrania, tres personas resultaron heridas este viernes al estrellarse un dron contra un edificio de viviendas, indicaron las autoridades locales.
En las regiones del sur de Jersón y Mikolaiv, las inundaciones causadas por la destrucción el martes de la represa de Kajovka, en el río Dniéper, dejaron al menos 13 muertos: ocho en las zonas bajo control ruso y cinco en las ucranianas, donde también hay 13 desaparecidos.
Según las previsiones, la crecida de las aguas todavía puede durar 10 días”, aseguró Vladimir Saldo, jefe de la parte ocupada por Moscú en la región, nombrado por Rusia.
Tatiana Yoenko, una mujer de 45 años residente en Chornobaivka, contó que “el agua ya entró en las casas y las calles”.
“Cada dos horas salgo para ver si el agua sigue subiendo”, dijo.
En la ciudad de Jersón, el nivel del agua empezó a bajar “por primera vez”, según Laura Musiyan, del centro meteorológico local.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que visitó la zona inundada el jueves, afirmó este viernes que “para cientos de miles de personas en numerosas ciudades y pueblos, el acceso al agua potable está seriamente comprometido”.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, estimó el viernes que “todo parece indicar” que los rusos destruyeron la instalación.
El instituto de sismología noruego Norsar informó que detectó una “explosión” procedente de la región ucraniana en la que se encuentra la represa de Kajovka en el momento de su destrucción, sin zanjar el debate.
En el frente judicial, la Corte Internacional de Justicia de La Haya autorizó este viernes a varios países aliados de Ucrania a participar en la causa en trámite contra Rusia por la invasión que comenzó en febrero de 2022.
En tanto, Islandia anunció el cierre temporal a partir del 1º de agosto de su embajada en Rusia, convirtiéndose en el primer país en tomar una decisión de este tipo desde el inicio de la guerra.