ESTADOS UNIDOS.- El titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard, mostró la postura de empresarios estadounidenses de la Comisión México Arizona, la Cámara Americana de Comercio y la industria de la construcción, quienes se posicionan contra los aranceles impuestos por Donald Trump y afirman que esos gravámenes los pagarán los estadounidenses.
Por medio de su cuenta de X, el titular de la SRE publicó una serie de comunicados lanzados por estos organismos, quienes coincidieron en que el gobierno estadounidense debería trabajar en conjunto con sus aliados comerciales en lugar de atacarlos con aranceles.
La Comisión México-Arizona expuso que México es el socio comercial número uno de Arizona, por lo que la economía en su territorio verá las consecuencias de estos aranceles en las cadenas de suministro interrumpidas y el aumento de los costos para las empresas y los consumidores.
“En lugar de crear barreras, debemos seguir comprometidos a fortalecer la relación comercial norteamericana que alienta la actividad económica a ambos lados de la frontera”, señala el comunicado.
La Comisión remarcó que su economía crece y trabaja duro para ello y citó a la gobernadora Katie Hobbs, quien afirmó: “estos aranceles son un impuesto a la familias y empresas de Arizona que amenaza con descarrilar nuestro progreso. Son malos para las familias y son malos para los negocios”.
Por otro lado, la Cámara Americana de Comercio, a través de su presidenta, Suzanne Clark, manifestó que la imposición de estos aranceles empeorarían el costo de vida en Estados Unidos, obligando a sus habitantes a pagar más por artículos de primera necesidad. Así también, explicó que las represalias de sus socios comerciales afectarán “duramente a nuestros agricultores y fabricantes, con efectos en cadena en toda la economía”. “Los aranceles son un impuesto que pagan los estadounidenses”, concluyó Clark.
Finalmente, la industria de la construcción envió una carta a Donald Trump, en la que expresa su preocupación por el impacto negativo de las tarifas impuestas a México y Canadá en ese sector. Señala que, si bien la construcción de viviendas es inherentemente nacional, los constructores dependen de componentes producidos en el extranjero, específicamente en México y Canadá, quienes representan casi el 25% de las importaciones de materiales de construcción.
“La imposición de aranceles adicionales a estas importaciones conducirá a mayores costos de materiales, que, en última instancia repercutirán en los compradores de viviendas, pues aumentarán los precios de las mismas”, señala el documento.