CIUDAD DE MÉXICO.- Desde hace varias horas miles de habitantes de Barcelona, España, han comenzado con acciones directas en contra de los cientos de turistas que invaden las calles. Estas protestas son parte de un movimiento más amplio en España que busca limitar los impactos negativos del turismo masivo. Las y los manifestantes argumentan que la proliferación de apartamentos turísticos ha elevado los precios de la vivienda, expulsando a los residentes locales de sus barrios y contribuyendo a la precariedad laboral, por lo que exigen medidas concretas para reducir el número de turistas y proteger la calidad de vida de las y los habitantes.
Aunque el Ayuntamiento de Barcelona ha expresado su condena por las molestias causadas a las y los turistas, las manifestaciones prometen seguir su curso y entre las muchas imágenes que se han compartido en redes sociales, hay unas que tomaron especial relevancia. En ellas se puede ver a jóvenes muy enojados usando pistolas de agua para incomodar a los turistas que parecen ajenos a la situación.
Aunque las y los manifestantes no se han acercado a los turistas que pretenden pasar una tarde tranquila en restaurantes exclusivos, sí han logrado que muchos de los comensales salgan huyendo debido a las inocentes gotas de agua con las que son marcados.
Estas protestas comenzaron el pasado 6 de julio cuando más de 15 mil personas se manifestaron en Barcelona bajo el lema “Prou! Posem límits al turisme” (¡Basta! Pongamos límites al turismo). Durante la marcha, convocada por más de 140 organizaciones, las y los manifestantes usaron cinta para marcar simbólicamente la puerta de un hotel y de distintas terrazas de bares, éstas cintas contenían frases como: “precinto popular. Barcelona para las vecinas”. Además, los gritos de la multitud coreaban frases al ritmo de de “Tourists go home” y se les roció con pistolas de agua.
En las imágenes difundidas, se observa a personas mojando con pistolas de agua a turistas que se encuentran conviviendo en las terrazas del centro de la ciudad debido a que el turismo masivo ha elevado significativamente el costo de las viviendas. Ante esto, el teniente de alcalde de Barcelona, Jordi Valls, pidió respeto para las y los turistas y subrayó la importancia económica del sector turístico para la ciudad.
En un mensaje en la red social X (anteriormente Twitter), Valls afirmó que protestar contra el turismo masivo debe ser compatible con el respeto hacia los visitantes, declaraciones que han sido catalogadas como “tibias” ya que no responden a las problemáticas planteadas por las y los ciudadanos, lo que saca a relucir los privilegios de la clase alta.
La problemática del turismo masivo no es exclusiva de Barcelona, ya que otras ciudades y regiones turísticas de España han enfrentado desafíos similares. En Mallorca, por ejemplo, turistas fueron expulsados de una playa en una protesta reciente, y en las Islas Canarias, las manifestaciones han sido frecuentes debido al impacto del turismo en la economía y el medio ambiente local.
Y es que aunque el turismo es una fuente significativa de ingresos, pero su gestión inadecuada puede llevar a la saturación, aumento del costo de vida y desplazamiento de residentes locales, como lo que sucede muy amenudo en México. Es por ello que las autoridades locales y regionales se enfrentan al reto de encontrar un equilibrio entre promover el turismo y proteger los intereses de las y los ciudadanos.
En respuesta a estas preocupaciones, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha anunciado un plan para eliminar todos los alquileres a corto plazo para 2028, una medida apoyada por la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, quien destacó la importancia de garantizar el acceso a viviendas asequibles. Sin embargo, los organizadores de las protestas desconfían de estas medidas, acusando a las autoridades de favorecer los intereses del sector hotelero sobre las necesidades de los residentes.
Es así como las protestas en Barcelona y otras ciudades españolas son un recordatorio de la necesidad urgente de políticas sostenibles de turismo que equilibren los beneficios económicos con la preservación de la calidad de vida y el medio ambiente para los residentes locales, tanto en España, como en el mundo entero.