El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció una ofensiva sin precedentes contra los inmigrantes indocumentados. Desde la Oficina Oval, advirtió que quienes permanezcan ilegalmente en el país enfrentarán cárcel, embargo de salarios, confiscación de bienes y deportación inmediata “en el lugar y forma que el gobierno determine”.
Como parte de esta estrategia, firmó un decreto para poner en marcha un programa de “autodeportación”, que permitirá a los migrantes regresar voluntariamente a sus países de origen con apoyo oficial. A través de la app CBP Home, los solicitantes podrán acceder a asistencia gratuita gestionada en conjunto con la Organización Internacional para las Migraciones. Además, recibirán un incentivo económico de mil dólares.
El gobierno otorgó un plazo de 60 días para acogerse al programa. Pasado ese periodo, se desplegarán 20 mil agentes federales para realizar una campaña intensiva de deportaciones forzadas.
La decisión ha generado alarma entre organizaciones defensoras de derechos humanos, que advierten sobre posibles violaciones legales. En México, comunidades migrantes y autoridades fronterizas se mantienen en alerta ante un eventual aumento de deportaciones y sus repercusiones sociales.
