MAZATLÁN.- A más de 100 días de violencia que vive Sinaloa, las afectaciones colaterales que se sienten en Mazatlán son cada vez más fuertes, pues los sectores productivos realizan un gran esfuerzo para mantenerse de pie.
La actividad económica en la zona rural del puerto está muy afectada porque el arribo de visitantes se ha frenado desde que se agudizó la inseguridad en la entidad.
Cierre de negocios y recorte de personal por la baja afluencia de visitantes son parte de los efectos que ha dejado la inseguridad en las comunidades con vocación turística del municipio.
Las ventas en restaurantes y puestos de artesanías en los Pueblos Señoriales de El Quelite y La Noria se mantienen apenas en un 20 por ciento, han cerrado alrededor de cinco negocios y al menos 50 personas se han quedado sin empleo.
Impulsor del turismo rural
El pueblo señorial de El Quelite, ubicado a solo 38 kilómetros al norte de Mazatlán, es la comunidad insignia del turismo rural de Sinaloa, impulsado por Marcos Osuna desde hace 30 años.
El promotor turístico busca no perder la identidad cultural de la región al preservar el patrimonio gastronómico, la flora y fauna del sitio, y promover la industria familiar a través de los insumos necesarios en la actividad turística y gastronómica.
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“Esto inició como un proyecto que atrajo a personas de la región y, al extender la fama, empezamos a ver el impacto que hizo que prácticamente todo Sinaloa y de otras regiones lejanas se sintieran atraídos hacia este modelo único de turismo rural“, destacó.
El Quelite hoy en día vive una difícil situación, ha comenzado con la recuperación de la afluencia de visitantes y con ello la mejoría de su economía, esto luego de los hechos violentos que comenzaron en septiembre y se mantienen en la capital y otros municipios del estado.
Marcos Osuna, propietario del restaurante “El Mesón de los Laureanos”, comentó que la presencia de visitantes extranjeros y locales ha ido incrementando, aunque no de manera firme, porque la inseguridad en Sinaloa aún ahuyenta al turismo.
Zona rural, la más afectada
Con el corredor turístico El Habal-La Noria, se reactivó la economía de la zona, pues actualmente existen nueve restaurantes campiranos que dan empleo a decenas de familias de esas comunidades.
Sin embargo, el presidente del Consejo Nacional de Gastronomía en Mazatlán, Roberto Osuna Valdez, señaló que las ventas en restaurantes de la zona rural registran niveles de un 20 por ciento.
“Desde que empezó esto en septiembre, hemos tenido un bajón exagerado. A nosotros fue a los primeros que nos pegó; esto nos ha llevado a reinventarnos para continuar abiertos y no despedir a la gente, porque se puede convertir esto en un problema social“, explicó.
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Osuna Valdez reveló que en el corredor turístico El Habal-La Noria, cinco de los nueve restaurantes ya cerraron sus puertas, y otros han recortado el personal hasta en un 50 por ciento.
“Ya van cinco restaurantes que han cerrado. Hemos tenido que hacer recortes de personal y otros gastos, y aguantar para no cerrar, porque esto no solo afecta a los comerciantes, sino a la economía de la zona rural, que está basada en el turismo“, expresó.
Caravanas ciudadanas
En un esfuerzo por reactivar la economía de El Quelite, se llevó a cabo una caravana ciudadana donde participaron alrededor de 100 personas, así como en La Noria.
El presidente de la Comisión de Turismo del Congreso del Estado, Juan Carlos Patrón Rosales, llamó a que, en un acto de solidaridad, todos participen, rescaten los espacios y se quiten el temor de acudir a la zona rural.
“Tenemos El Quelite, que era un ‘boom’ en movilidad hacia la zona rural, y de repente, aunque no ha ocurrido algo grave, la gente no lo está visitando. El corredor turístico El Habal-La Noria mantiene la tranquilidad, y de alguna manera que acudan y consuman genera que no se corten esos empleos de esas comunidades”, indicó.
También se planea visitar La Tuna a El Recodo, donde hay muchos restaurantes de mariscos, comida mexicana, así como Agua Caliente de Gárate y El Roble, por la cercanía que representan con Mazatlán, Concordia, El Rosario y Escuinapa.
“Hay que darle vida a Copala, que también la están pasando muy mal. De eso se trata, que no se tengan esos espacios de adorno, sino que nos involucremos todos”, detalló.
Apoyos emergentes
El secretario de Economía en Sinaloa, Ricardo Velarde Cárdenas, adelantó que ya se trabaja para que Mazatlán y su zona rural se integren al programa de apoyos emergentes en enero y febrero.
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Señaló que los primeros beneficios de este programa para la región sur del estado son para San Ignacio, donde se entregaron los primeros 130 apoyos.
Recordó que inició en Culiacán, para ampliarse luego a Navolato, con la bahía de Altata, donde un total de 54 restaurantes fueron apoyados, así como 120 vendedores ambulantes.
Posteriormente, se hizo una solicitud de parte de los municipios más afectados, como Eldorado, Cosalá, Elota y San Ignacio, por las situaciones presentadas en el centro de la entidad y algunos municipios del sur.
En el caso de Mazatlán, refirió que ya existen pláticas con la presidenta municipal Estrella Palacios Domínguez y algunos organismos empresariales para que el programa se concrete en el municipio.