ESTADOS UNIDOS.- Después de la dura derrota por penales ante Alemania y sin Claudio “Diablito” Echeverri, quien este jueves sufrió la pérdida de su abuela y fue suplente por cuestiones anímicas, el equipo de Diego Placente fue muy superado por un elenco muy físico y rápido en el Estadio Manahan de Surakarta, Java Central.
El comienzo del partido fue un vendaval del conjunto africano. Una excelente atajada de Jeremías Florentin ante Hamidou Makalou y una mala resolución en ataque postergaron, hasta los 9 minutos, la apertura del mercador, que llegó por intermedio de Ibrahim Diarra, quien enganchó desde la derecha hacia el centro y la clavó junto al palo.
Aprovechando la velocidad de sus extremos, Barry y Diarra, la participación de su centrodelantero, Doumbia, y que sus volantes, Thiero, Koné y Makalou, ganaban el mediocampo, Mali dominaba a piacere el partido. Al toque, Koné le dio al palo y Doumbia estuvo cerca del 2-0 aprovechando una mala salida de Florentín.
La Albiceleste, que también sentía la ausencia de Echeverri, quizás su gran generador de juego, no podía hacer frente en el partido, y se limitaba a algunos embates ofensivos de Agustín Ruberto, su goleador y, ante la baja edl Diablito, su capitán, y Santi López, quien venía de perderse la semifinal ante Alemania por acumulación de amarillas.
Justamente López, a la media hora, armó una jugada por la banda derecha y generó la situación más clara de Argentina en el primer tiempo, pero el arquero Bourama Koné se quedó con el rebote de un defensor presionado por Gustavo Albarracín.
A pesar de que el partido parecía emparejarse, Mali, a partir de sus rapidísimas transiciones, volvió a imponer condiciones en el tramo final de la etapa inicial, acercándose al 2 a 0 por el rendimiento de sus mediocampistas y atacantes, a pesar de no estar tan finos en la puntada final.
Hasta que a los 45 minutos, en tiempo cumplido, Doumbia se desmarcó en un tiro libre, ganó de cabeza (ayudado por su hombro) y superó a Florentín, haciendo justicia por la superioridad de Mali en el campo de juego.
De cara al complemento, Placente movió el banco: mandó a la cancha a Echeverri, en reemplazo de un Ian Subiabre que este viernes no pudo lucir como otros días, y a Juan Valentín Giménez por Albarracín, haciendo unos cambios en el sector defensivo.
Pero al instante, en dos minutos, Mali pasó de ganar a golear, merced a un golazo antológico de Makalou, recibiendo en el área, sacándose a un hombre de encima con un caño y haciendo pasar a otros dos, incluido el arquero, con una gran gambeta, antes de definir con el arco vacío.
Un par de minutos después, Florentín evitó el cuarto de Doumbia, tras otra gran jugada de Makalou, en un partido que cada vez se hacía más largo para Argentina. Lo mismo en otras contras definidas por Diarra y el propio Doumbia, en un par de ocasiones, convirtiendo ya sin dudas al arquero en la gran figura albiceleste del encuentro.
El empuje, las ganas y el talento de Echeverri estuvieron a punto de generar el descuento, pero su tiro libre y una gran jugada individual se toparon con la segura respuesta de Koné.
Makalou fue un dolor de cabeza para los pupilos de Placente. AP
Y el Diablito -el más peligroso del elenco rioplatense-, tras un pase de Octavio Ontivero, consiguió el 1-3, pero fue anulado por offside justo cuando se disponía a dedicarle la conquista a su abuela. Poco después, el jugador de River, con un excelente pase, puso a correr a López, pero el atacante no pudo conectar con Ruberto y se diluyó el ataque de Argentina, en el marco de un partido ya roto.
En ese ida y vuelta constante, Makalou explotó el travesaño con un gran tiro libre, en la última gran jugada clara
Muy merecidamente, Mali, que pateó más de 30 veces en los 90 minutos y no bajó la intensidad ¡sin hacer cambios hasta los 86′!, se subió al podio junto con Alemania y Francia, que este sábado definirán al campeón del mundo sub 17.
Argentina, por su parte, a pesar del mal trago de este viernes, cerró un espectacular certamen, que deberá ser el pie para lo que viene. En 1991, 1995 y 2003, la Albiceleste se había quedado con el bronce en esta competencia, mientras que en esta ocasión, en Indonesia, igualó su resultado de 2001 y 2013, recordando que perdió las seis semifinales que disputó.