Aunque parezca que sí que funcionamos de forma consciente, la gran mayoría de pensamientos son intrusivos. Para saber cómo salir de los pensamientos intrusivos, identifiquemos algunos ejemplos del día a día:
- “Me va a atropellar un coche” u otros pensamientos condicionados por el entorno (incluidos olores).
- Los innumerables “tengo que”, sobre todo cuando tenemos muchas tareas pendientes.
- Recuerdos de una situación sensible, dolorosa o en la que sentiste vergüenza.
- Preocupaciones por tu salud o la de una persona que quieres.
- Pensamientos relacionados con normas. Por ejemplo, si tienes prohibido decir palabrotas, quizá te vengan a la mente de forma intrusiva.
Estos son ejemplos de pensamientos intrusivos, esos que aparecen en tu cabeza o por sí solos, o por la situación en la que te encuentras, como manejando un auto o cortando pan.
Idealmente, los reconocemos para luego simplemente hacerlos a un lado y seguir adelante. Pero para algunas personas, en ciertos momentos de su vida, descartar los pensamientos intrusivos puede volverse más difícil.
Aquí, con la ayuda de expertos, explicamos qué son los pensamientos intrusivos, qué sucede cuando se descontrolan y cómo tratarlos.
¿Qué son los pensamientos intrusivos?
Desde la perspectiva más amplia, un pensamiento intrusivo es cualquier cosa aleatoria que “aparece en la mente”, explica el psicólogo clínico Mark Freeston, quien se especializa en el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y los trastornos de ansiedad en la Universidad de Newcastle, en Reino Unido.