La disminución de la altura con la edad, junto con la variación de otros parámetros antropométricos, fisiológicos y neuromusculares, es una realidad en el ser humano sea cual sea su raza y sexo.
A partir de los cuarenta años se produce una pérdida media de casi un centímetro cada 10 años. Esta variación puede ser mayor a partir de los setenta. Así, una persona adulta de 1.80 de altura podría ver reducida su altura hasta los 1.73 al final de su vida.
Expertos señalan que en las mujeres es más frecuente, ya que al tener hijos el producto absorbe el calcio. Junto con ello, la menopausia propicia la aparición de osteoporosis, una enfermedad silenciosa, que no presenta síntomas, por lo que se recomienda asistir a revisiones constantes.
¿Qué es una densitometría ósea?
Se trata de un estudio cuyo objetivo es medir y evaluar el estado óseo de la cadera y la columna vertebral.
También se usa para evaluar el riesgo de desarrollar fracturas y toma en cuenta factores como: la edad, el peso, los antecedentes de una fractura anterior y el estilo de vida.
Con este estudio se diagnostica la osteoporosis, que se caracteriza por la pérdida gradual de calcio en los huesos, haciendo que estos se vuelvan frágiles y sea más probable una fractura cuando la persona se caiga o golpee.
De igual manera, el estudio se utiliza para dar seguimiento a los resultados del tratamiento para la enfermedad.