• 31/10/2024
Tener amigos es bueno para la salud y el bienestar

Tener amigos es bueno para la salud y el bienestar

ESTADOS UNIDOS.- Cuando su padre falleció, Margarite Avendano se encontró “un poco sola” después de haberlo atendido con dedicación exclusiva a medida que su salud se deterioraba.

Al ser cuidadora, dice, “es como que te ocultas. Hay un estigma. Te aíslas más y más”.

Por eso, cuando su padre murió, ella decidió ocuparse de su propia salud… haciendo nuevos amigos. Se sumó a una comunidad virtual que ofrece oportunidades de conocer gente y comenzó a ir a la YMCA.

“Al principio era muy tímida, pero lentamente fui encontrando personas de edades similares a la mía con intereses comunes”, dice Avendano, quien vive en San Mateo, California, y dice que tiene algo más de 70 años. Se hizo de amigos con quienes sale a hacer senderismo, bailar, cenar o ver una película.

Pronto se dio cuenta de que estaba “más alerta y concentrada. Mi salud mejoró y me volví más consciente de todo lo que hacía, porque tenía una razón para levantarme cada mañana y salir y divertirme y moverme”.

Estos efectos positivos no son imaginación de Avendano. Un nuevo estudio de adultos mayores revela que incluso las interacciones sociales momentáneas con amigos reducen la fatiga y el estrés. Además, hay una gran cantidad de investigaciones anteriores que indican que las amistades en la etapa avanzada de la vida previenen la demencia, la enfermedad de Alzheimer y el deterioro físico.

“Cuando estás socializando, suceden muchas cosas que no son aparentes y en las que ni siquiera piensas”, dice Bryan James, epidemiólogo en el Rush Alzheimer’s Disease Center en Chicago y uno de los investigadores más prolíficos en este tema. “Cuando vas a un museo con alguien, o das una caminata y te conectas con el mundo que te rodea, estás realizando una actividad física”.

Las conversaciones con amigos también pueden ejercitar el cerebro del mismo modo que los rompecabezas que los médicos recomiendan para mantener la mente ágil, dice James.

“Te estimula cognitivamente. Tienes que recordar a las personas. Tienes que recordar su nombre. Esas cosas activan áreas del cerebro que no se activan cuando estás sentado en el sofá”.

Los hallazgos más recientes sobre este tema llegan luego de un informe del cirujano general de EE.UU. que advierte sobre “una epidemia” de soledad y aislamiento en el país. El cirujano general Vivek Murthy dijo en mayo que incluso antes de la pandemia de COVID-19 la mitad de los adultos del país reportaban sentir soledad, un problema que —agregó— es peor para la salud que la obesidad, la falta de actividad física o fumar hasta 15 cigarrillos diarios.

Esa es una preocupación especial para los adultos mayores, dice Alyssa Goldman, socióloga de Boston College y coautora del estudio más reciente sobre el modo en que incluso las interacciones breves con amigos pueden ayudar.

Entre las personas mayores de 50 años, una de cada cuatro dice que se siente aislada y una de cada tres carece de compañía, según otra encuesta anterior a la pandemia realizada por el Institute for Healthcare Policy and Innovation de la Universidad de Míchigan.

En un estudio financiado por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA), Goldman y Erin York Cornwell, socióloga de la Universidad de Cornell, les pidieron a adultos mayores que completaran encuestas breves en el teléfono inteligente cinco veces al día, en las que se les preguntaba con quién estaban y cómo se sentían. Quienes estaban en compañía de un amigo o vecino que no era miembro de la familia fueron considerablemente menos propensos a experimentar fatiga o estrés (en inglés).

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La teoría de Goldman es que los motivos son similares a los que menciona James.

“También podría ser que los adultos mayores —y esto es especulación, ya que no tenemos datos sobre los temas de conversación—, si están estresados por un problema y hablan con un amigo, es posible que escuchen una nueva perspectiva en comparación con lo que podrían oír de un familiar”.

Otros estudios prolongados y a gran escala hallaron que la actividad social frecuente reduce el deterioro cognitivo (en inglés), en promedio, un 70%, y también reduce la discapacidad física.

Por el contrario, la soledad se ha asociado con la reducción de la función cognitiva, mayor riesgo de demencia y un deterioro más acelerado de las habilidades motoras. Y las interacciones sociales negativas, como el rechazo o el comportamiento indiferente, empeoran el deterioro cognitivo.

La mayoría de las otras cosas necesarias para preservar la salud a edad avanzada “son cosas que casi tienes que forzar a las personas para que las hagan”, dice. “Todos sabemos que es mejor comer alimentos saludables, pero no queremos hacerlo. Es mucho más fácil sentarse en el sofá que salir a hacer ejercicio”.

Pero socializar, al menos para las personas extrovertidas, “es algo hacia lo que hay una inclinación natural. Algo que disfrutamos hacer y que es bueno para nosotros”.

En cuanto a los introvertidos, “si eres una persona introvertida y te gusta estar alejada de otras personas, es posible que estés bien así”, dice James. Su propia madre, por ejemplo, es muy sociable, pero a su padre le gusta quedarse en casa y escuchar audiolibros.

“Creo que él no necesita interactuar con tantas personas como mi madre y yo. Hay una interacción entre la medida en que te gusta ser sociable y cuánto obtienes de ello, de modo que las personas introvertidas tal vez no se beneficien tanto” de la interacción social.

Dyane Protzmann Rogelstad, quien vive en el norte de Colorado, se considera una persona introvertida. Sin embargo, como músico profesional y profesora de música, ha establecido vínculos con amigos que comparten su interés por la música. Uno de ellos se ha convertido en acompañante regular de los desayunos del fin de semana, y se reúne con otro para cenar y ver fútbol americano.

“Eso es un estímulo intelectual para mí, porque siempre hablamos de cosas interesantes”, dice Rogelstad, de 58 años. “Sin lugar a duda, es un salvavidas”.

Kim Arasato, de 64 años, se mudó a California, donde no conocía a nadie. Puso fin a una relación de mucho tiempo y sus compañeros de trabajo en el puesto de consejera escolar que desempeña son, en su mayoría, más jóvenes que ella.

Sin embargo, se las ingenió para hacer amigos, entre ellos Avendano, con quien se reúne ocasionalmente para dar caminatas y conversar.

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“Soy una persona muy independiente, pero también soy sumamente sociable”, dice Arasato. “Yo necesito gente. Amo las amistades. Es algo que realmente te ayuda a sentirte bien sobre lo que estás haciendo”.

La gran cantidad de investigaciones que indican que las amistades en la edad avanzada mejoran la salud física y mental hacen surgir la pregunta inevitable: ¿cómo pueden hacer nuevos amigos los adultos mayores?

Las personas más jóvenes se conectan con mucha más facilidad: en la escuela, en la universidad, en el trabajo, en equipos deportivos, a través de las actividades de sus hijos, dice Andrew Dowling, fundador y director ejecutivo de Stitch (en inglés), uno de varios sitios web y aplicaciones que ayudan a que los adultos mayores se conecten.

“Pero cuando esas cosas se acaban, pueden descubrir que están aislados”, dice Dowling. “En parte, es difícil porque el cerebro humano está programado para que seamos aprehensivos a conectarnos con desconocidos”.

La socióloga Goldman ha visto bibliotecas locales que crean grupos para que los adultos mayores puedan establecer nuevos vínculos, y una campaña para instalar bancos al aire libre en la que los amigos de más edad puedan sentarse y conversar.

“Actualmente, hay un interés de salud pública en ver qué podemos hacer en las comunidades para ayudar a que los adultos mayores que viven en forma independiente puedan hacer amigos”, dice Goldman.

Ella y otros también recomiendan enfáticamente comenzar de joven a reforzar las amistades de modo que duren toda la vida.

“El mensaje es que hay que tener tanta actividad social como sea posible, tanto tiempo como se pueda”, dice el epidemiólogo James.

Las instituciones religiosas y las organizaciones cívicas, como el Rotary Club, aceptan gustosamente nuevos miembros. Los Meetups (en inglés) comunitarios ofrecen una forma de conectarse con personas con intereses afines, y algunos están específicamente destinados a los adultos mayores. Y las tareas de voluntariado pueden ser una oportunidad de conexión.

Hay varias organizaciones en línea que reúnen a adultos mayores, entre ellas el Centro virtual para adultos mayores (en inglés) , que ofrece cursos en línea en los que los asistentes pueden interactuar. AARP ofrece un Centro Comunitario Virtual (en inglés) con clases y entretenimiento. Consulta aquí (en inglés) los eventos de AARP en tu área. Teleparty sincroniza películas y programación de los servicios de transmisión directa para que las personas puedan verlos juntos, virtualmente, y conversar sobre ellos. Y Stitch es uno de los varios servicios que están creciendo rápidamente y permiten que las personas mayores de 50 años organicen o asistan a eventos presenciales o en línea, desde caminatas hasta visitas a museos y cócteles.

“En realidad, es un aspecto natural de envejecer”, dice Dowling, quien tiene 54 años y hace surf con amigos cerca de su casa en Australia: “A menos que seas proactivo para establecer conexiones sociales, te vas a encontrar solo”.

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