Por Raimon Rosado
CANCÚN.- A unos días de las vacaciones de Semana Santa y ante la amenaza del arribo masivo de sargazo a las costas del estado, el académico de la Universidad del Caribe, Diego Casas Beltrán, demostró que la afectación por esta alga ha impactado indirectamente a los cenotes del Puerto Morelos, al recibir la carga de los bañistas que han dejado de ir a las playas.
Durante la conferencia “El arribo de sargazo en Puerto Morelos y sus impactos sobre la actividad turística en la ruta de los cenotes”, el investigador y docente de la maestría en Planeación Turística Sustentable,, indicó que un 59% de los residentes de ese municipio ha dejado de ir a la playas durante los meses de arribo de sargazo.
Esto debido a los malos olores que desprende su descomposición y por las picaduras de pulgas marinas que se alojan en la macro alga.
De los bañistas que dejaron de ir a la playa, un 56% optó por visitar cenotes, 46% zonas arqueológicas y 42% parques temáticos.
Por tal razón, se ha dado un cambio en la química del agua, lo que aclaró, no significa que haya contaminación en los cenotes.
Sin embargo, consideró que es el momento de tomar previsiones; por ejemplo, ante el uso de bloqueadores, ya que se estima que la visita de 21 millones de turistas al año, se tradujo en 230 toneladas de bloqueadores solares de 2014 a 2018, mismos que se disolvieron en las aguas.
Enfatizó la necesidad de mejorar la normatividad en torno a los cenotes, toda vez que se detectaron inconsistencias en las reglamentaciones, así como atender la falta de estudios en cuanto a capacidad de carga e
Impacto a los rellenos sanitarios.
Refirió que el arribo de sargaso también ha impactado al rellenos sanitario, toda vez que 4 mil 400 toneladas de algas fueron trasladadas a éste, reduciendo su vida útil; sin contar que es un residuo cargado de sales y metales pesados, que se filtran al subsuelo y contaminan el manto freático.
Afortunadamente, dijo, el sargazo ya fue clasificado como residuo especial, lo que impide que sea trasladado al relleno sanitario, dejando la problemática de su disposición final.
