• 17/05/2024
  • Cancún, Quintana Roo, México

Dieta que imita al ayuno

Dieta que imita al ayuno

CIUDAD DE MÉXICO.- El envejecimiento es un proceso natural que afecta a todos los seres vivos, pero que también se puede modificar mediante hábitos saludables. Entre ellos, la alimentación juega un papel clave, ya que puede influir en la prevención o el desarrollo de diversas enfermedades asociadas al paso del tiempo. A continuación, te explicamos qué es la dieta que imita al ayuno (DIA), una propuesta nutricional que, según algunos estudios, puede ayudarte a vivir más y mejor.

La dieta que imita al ayuno (DIA) es un tipo de alimentación que se basa en los beneficios del ayuno, pero sin dejar de comer. Se trata de una dieta baja en calorías, proteínas y carbohidratos, pero rica en grasas saludables y en nutrientes esenciales, que se realiza durante cinco días al mes, seguidos de 25 días de una dieta normal o mediterránea.

La DIA fue diseñada por el bioquímico Valter Longo, director del Instituto de Longevidad de la Universidad de California y autor del libro ‘La dieta de la longevidad’ (Penguin Random House). Longo lleva décadas investigando los mecanismos moleculares que regulan el envejecimiento y la enfermedad, y ha descubierto que el ayuno puede activar una serie de procesos celulares que favorecen la regeneración, la reparación y la eliminación de las células dañadas.
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Sin embargo, el ayuno no es una práctica fácil ni recomendable para todo el mundo, ya que puede tener efectos secundarios como debilidad, mareos, irritabilidad o pérdida de masa muscular. Por eso, Longo ideó la DIA, una forma de imitar los efectos del ayuno sin dejar de comer, y que además es de origen vegetal, lo que contribuye a reducir el impacto ambiental de la alimentación.


Según los estudios realizados por Longo y su equipo, la DIA tiene múltiples beneficios para la salud y el envejecimiento. Entre ellos, se destacan los siguientes:
Rejuvenece el sistema inmunitario, al mejorar la proporción de glóbulos blancos que combaten las infecciones y las inflamaciones.


Reduce el riesgo de diabetes, al mejorar la sensibilidad a la insulina y el control de la glucosa en sangre.


Disminuye la grasa abdominal y hepática, al estimular la quema de grasa y prevenir el síndrome metabólico.


Protege el corazón y los vasos sanguíneos, al reducir el colesterol, la presión arterial y la inflamación.


Retrasa el deterioro cognitivo, al favorecer la neurogénesis y la neuroprotección.


Aumenta la longevidad, al activar los genes de la longevidad y reducir los factores de riesgo de enfermedades crónicas.

En un reciente estudio publicado en la revista Nature Communications, Longo y sus colaboradores demostraron que las personas que siguieron la DIA durante tres o cuatro meses redujeron su edad biológica en 2,5 años, es decir, se volvieron biológicamente más jóvenes. La edad biológica es un indicador que refleja el estado de salud de las células y los tejidos, y que puede diferir de la edad cronológica.


El estudio contó con la participación de cien hombres y mujeres de entre 18 y 70 años de edad, divididos al azar en dos grupos: uno que siguió la DIA durante tres o cuatro meses (en periodos de cinco días al mes y los otros 25 días una dieta normal), y el otro, una dieta normal o de estilo mediterráneo.


Los análisis de sangre y las imágenes de resonancia magnética mostraron que las personas que siguieron la DIA tenían menos riesgo de diabetes, menos grasa abdominal y hepática, y mejor proporción de glóbulos blancos que las que siguieron la dieta normal. Además, los autores calcularon que las personas que siguieron la DIA redujeron su edad biológica en 2,5 años, lo que significa que sus células y tejidos funcionaban mejor que los de su edad cronológica. Longo afirma que «este es el primer estudio que demuestra que una intervención basada en alimentos, que no requiere cambios permanentes en la dieta ni en el estilo de vida, puede hacer que las personas sean biológicamente más jóvenes».

La DIA se realiza durante cinco días al mes, en los que se consume una cantidad limitada de calorías y nutrientes, siguiendo un plan específico. Los otros 25 días se sigue una dieta normal o mediterránea, rica en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos, aceite de oliva, pescado y lácteos bajos en grasa.
Para hacer la DIA, se puede recurrir a los productos desarrollados por la empresa L. Nutra, fundada y participada por Longo, que proporcionan los alimentos y suplementos necesarios para seguir el protocolo. Estos productos se pueden adquirir a través de su página web o de centros médicos autorizados. También se puede hacer la DIA de forma casera, siguiendo las indicaciones de Longo en su libro o consultando con un profesional de la nutrición.


El plan de la DIA es el siguiente:


Día 1: Se consumen unas 1.100 calorías, repartidas en un 10% de proteínas, un 56% de grasas y un 34% de carbohidratos. Se puede tomar, por ejemplo, una sopa de verduras, una barrita energética, una bebida vegetal, té y un suplemento vitamínico.


Día 2-5: Se consumen unas 800 calorías, repartidas en un 9% de proteínas, un 44% de grasas y un 47% de carbohidratos. Se puede tomar, por ejemplo, una sopa de verduras, dos barritas energéticas, dos bebidas vegetales, té y un suplemento vitamínico.


Durante la DIA, se recomienda beber mucha agua, evitar el alcohol, el tabaco y el café, y realizar una actividad física moderada, como caminar o hacer yoga.

También se aconseja hacer la DIA bajo supervisión médica, especialmente si se tiene alguna enfermedad o se toma algún medicamento.


La DIA es una dieta segura y eficaz para la mayoría de las personas, pero no está exenta de riesgos y contraindicaciones. Por eso, antes de iniciarla, es importante consultar con un médico y seguir sus indicaciones. Algunas de las precauciones que hay que tener en cuenta son las siguientes:


La DIA no es apta para menores de 18 años, mayores de 70 años, mujeres embarazadas o lactantes, personas con bajo peso, anorexia, bulimia, diabetes tipo 1, enfermedades graves o infecciones activas.


La DIA puede causar efectos secundarios como dolor de cabeza, fatiga, mareos, náuseas, estreñimiento o diarrea, que suelen ser leves y transitorios. Si se presentan síntomas más graves, como desmayos, palpitaciones, confusión o sangrado, se debe interrumpir la dieta y acudir al médico.


La DIA puede interferir con algunos medicamentos, como los antidiabéticos, los anticoagulantes, los antihipertensivos o los antiinflamatorios. Por eso, se debe ajustar la dosis o suspender el tratamiento bajo supervisión médica.


La DIA puede provocar una pérdida de masa muscular, especialmente si se realiza durante periodos prolongados o sin hacer ejercicio. Por eso, se debe combinar con una dieta adecuada y una actividad física regular que preserve la masa muscular.


La dieta que imita al ayuno es una propuesta nutricional que puede mejorar la salud y el envejecimiento, al activar los mecanismos celulares que favorecen la regeneración, la reparación y la eliminación de las células dañadas. Sin embargo, se trata de una dieta que requiere una planificación y un seguimiento médico, y que no es adecuada para todo el mundo. Por eso, antes de iniciarla, se debe consultar con un profesional de la salud y seguir sus recomendaciones.

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