AUSTRIA.- En el caso de la película Frozen, el suceso infantil de Disney, un pueblo alpino de Austria llamado Hallstatt sirvió de inspiración para crear un reino ficticio de nombre Arendelle y, a partir de ese momento, este recóndito lugar del país europeo se volvió un punto turístico.
Ubicado en una superficie angosta del territorio, esta localidad austríaca, que cuenta con una población de 778 habitantes, cobró popularidad en la agenda de los turistas tras el éxito de la película, a tal punto que comenzó a recibir un inusitado número de 10 mil visitantes por día.
Debido a la popularidad del film, los turistas que recorren la zona suelen ubicarse en el punto panorámico del lugar con sus dispositivos móviles para poder capturar una postal perfecta de este bellísimo paisaje compuesto por casas pintorescas que están ubicadas alrededor del lago Hallstatt.
Al parecer, a los habitantes de la región les molesta la intromisión de los turistas y, por ello, tomaron una drástica decisión: saturados de ser fotografiados, decidieron tapar la vista con dos pallets de madera, lo que causó indignación por parte de los viajeros que llegan a la zona y ya no pueden capturar la postal deseada.
La determinación de los habitantes de Hallstatt trascendió en el país austríaco y causó polémica. Con una gran cantidad de personas que asisten al lugar y contribuyen al turismo interno, se decidió revertir esta medida impulsada por el alcalde del pueblo, llamado Alexander Scheutz. “Ahora queremos colgar una pancarta en su lugar para concientizar a las personas de que aquí vive gente, que quiere tener su tranquilidad”, explicó la autoridad al diario local llamado Kurier.
Rodeado por los Alpes de Dachstein en la región de Salzkammergut, este pueblo pintoresco es uno de los más antiguos de toda Europa y ha sido fuente de inspiración no solamente para producciones como Frozen, sino que también para escritores, poetas y exploradores del mundo por su estilo vanguardista.
A raíz de los sucesos nombrados, Hallstatt comenzó a tener una vida parecida a la de una ciudad, y tuvo que dejar atrás la tranquilidad de un pequeño pueblo de pocos habitantes que disfrutaban de un microclima ideal, alejados de los ruidos de las grandes urbes. “Ya tenemos un aumento significativo de huéspedes en el primer trimestre”, explicó Scheutz para magnificar la popularidad del lugar.
Por último, uno de los puntos curiosos que abordó el alcalde, fueron las regulaciones que recibieron las agencias de turismo a la hora de vender paquetes o pasajes al lugar, en especial con las personas de nacionalidad china que suelen abarrotar la capacidad hotelera. “Estamos elaborando un pedido especial para que puedan inscribirse con antelación y que no siempre puedan venir”, concluyó Scheutz, quien intenta frenar a las masas que buscan recorrer este increíble pueblo, el cual se ve inmerso en una problemática causada por el hartazgo de sus pobladores de haberse convertido sin desearlo en el foco de miles de cámaras.
